jueves, 29 de diciembre de 2016

ORACIÓN DIARIA POR EL BAUTISMO DE BEBES ABORTADOS:



La santísima Virgen María en su advocación de “Nuestra Señora de la preciosísima sangre de Cristo”
enseño esta oración para bautizar espiritualmente a los niños abortado(Esto fue revelado el 29 de julio de 1998)
“Padre Celestial, tu amor es eterno. En tu Océano de amor, salvaste al mundo a través de tu Único Hijo Jesucristo hecho Hombre.
Ahora mira a tu Único Hijo en la cruz, quien esta constantemente sangrando por amor de su gente y perdonando al mundo.
Purifica y bautiza a los niños abortados con tu Preciosa Sangre y Agua que manaron del Sagrado Costado de Tu Hijo Jesucristo, quien colgó muerto en la cruz, para su salvación En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que, ellos a traves de la Santa Muerte de Cristo obtengan la vida eterna. A traves de sus Heridas, sean sanados y a traves de su Preciosa Sangre sean liberados. Para que se regocijen con los santos en el cielo. Amen.”
Por medio de esta oración, un gran numero de inocentes bebes no nacidos seran salvados.
Recen esto diariamente y háganlo saber al mundo entero.
Cualquiera que enseñe esto, no será condenado. Las almas inocentes en el Paraíso, no le permitirán perderse.
Yo, con mi amor y misericordia, lo protegeré para que no caiga en pecado mortal.”
TAMBIÉN LOS INVITO A REZAR EL SANTO ROSARIO POR TODOS LOS BEBES DEL MUNDO ENTERO EN ESPECIAL POR AQUELLOS QUE AUN NO HAN NACIDO Y ESTÁN EN PELIGRO DE ABORTO Y POR LOS QUE HAN DE NACER POR TAN BELLA OBRA DE AMOR AL REZAR POR ELLOS PIDIENDO A DIOS PROTECCIÓN POR ELLOS "

Carta a una mujer que tuvo un aborto


Primero que todo siento mucho lo que te ocurrió cuando rechazaste el regalo de la vida cometiendo el pecado del aborto, así que me uno a tu dolor y rezo por tu perdon y por el proceso de tu sanación espiritual.
Lo que ya se hizo no tiene remedio, pero afortunadamente Dios es misericordioso y nos perdona para que podamos rehacer nuestras vidas.
Para experimentar el perdón total de tu pecado, lo debes confesar a un sacerdote y si es necesario reconfesarlo con dolor de haber ofendido a Dios quien es el Autor de la vida.
Errar es humano, perdonar es divino. Dios te ha perdonado, con la muerte de su Hijo Jesus en la cruz, tambien tu hijo, pues el o ella se encuentra el la paz de Dios. Ahora tienes que completar el proceso de sanación perdonándote a ti misma.
Todos somos pecadores y Jesus rechazo a la multitud que quería apredear a la mujer adúltera diciéndoles, "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra." Tambien dice el Señor, no juzgueis y no seréis juzgados. Dios te ha pernodado, ahora pues, no continues juzgándote y condenándote por el pecado que Dios ya te perdonó.  
Te sugiero que le reces a la Virgen de Guadalupe ya que ella es la Patrona de los bebes en los vientres de sus madres. Ella te ayudará a encontrar paz. Bendice a tu hijo y bautízalo espiritualmente con tu fe en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Nunca desconfíes de la Misericordia de Dios. Dios nos ama. Que el Señor te bendiga, te guarde y te de la paz y el coraje para seguir adelante.  
En cuanto a perdonarte a ti misma, debes hacer ejercicios mentales o afirmaciones en las cuales tu hablas contigo misma diciendo por ejemplo:
He pecado y lo que hice no está bien. Sin embargo Dios es todo amor y misericordia, con su muerte en la cruz ha perdonado todo mi pecado. Estoy en paz con Dios y ahora quiero estar en paz conmigo misma.
Dios ha dicho perdonad y sereis perdonados, así que en el nombre de Jesus me perdono a mi misma. Y como el niño que cae para aprender a pararse y sostenerse, yo también caí y he aprendido de mi caída. Ahora reconozco la maldad del pecado y respeto mas a Dios. Esta caida me sirve para empezar una nueva vida con mas santo temor de Dios y con mas aprecio por la vida. Esta caída me sirve para rezar por otras mujeres para que no caigan en la misma trampa, me sirve para aconsejar a todas las que el Señor me presente y prevenirles de este daño a sus vidas. También me sirve para ayudar a otras mujeres que se encuentran en el dolor de haber sufrido el trauma del aborto y sus consecuencias morales y espirituales. 
Gracias a Dios por el regalo del perdon. Gracias a Dios por sanarme y limpiarme con su preciosa sangre. Bendito sea el Señor. 

Diálogo con Jesús.


Señor mío, no hay sitio más agradable que sentir de cerca tu compañía y saber todo lo bueno que tienes preparado para mí, porque me amas y me quieres feliz. Te entrego mi corazón, ¡purifícalo y lávalo con tu sangre preciosa!. Ayúdame a experimentar la gracia del perdón y a liberarme de todo aquello que me mantiene en los terrenos de la amargura. Creo en tu amor que sana, libera y que siempre das nuevas oportunidades para corregir y restaurar lazos de amor. Te ruego que tu bendición y tu amor no me falten en este día. Gracias por hacerme feliz y por las grandes oportunidades que hoy me darás para crecer. Amén

sábado, 24 de diciembre de 2016

Santo Evangelio según San Mateo 1,1-25

viernes, 23 de diciembre de 2016

FELICIDADES!!





QUERIDOS AMIGOS DE LA PÁGINA, LES DESEO MUCHAS FELICIDADES Y QUE RECIBAN AL NIÑO JESÚS EN SUS CORAZONES.

PAZ, AMOR, PROSPERIDAD Y TODO LO MEJOR PARA USTEDES!!

GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN EL CAMINO DE LA FE .

UN ABRAZO NELIDA LILIANA VIEYRA.

GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y PAZ EN LA TIERRA


Y EL VERBO SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS, ALELUYA, ALELUYA, GLORIA A DIOS!!

jueves, 15 de diciembre de 2016

QUE ES LA NOVENA DE NAVIDAD?




La Novena se reza del 16 al 24 de diciembre.
Según la tradición, los cristianos comenzaron a celebrar el nacimiento de Cristo, hacia el año 135 de nuestra era.


El papa san Telésforo (125 – 136) respaldó esta costumbre, aunque la conmemoración, según las diversas regiones, tenía lugar en distintos meses del año.

Pero fue san Francisco de Asís quien impulsó de veras la devoción al Niño Dios, cuando en 1224 celebró una devota y pintoresca Navidad en Greccio, un pueblecito de la Umbría. Instaló rústicas imágenes de la Sagrada Familia en un pesebre, donde un asnillo y un buey descansaban y ante ellas él mismo cantó el Evangelio de la Natividad.

Ya en nuestro continente, la devoción navideña se incrementó por obra de Fray Fernando de Jesús Larrea, un franciscano nacido en Quito en 1700. Luego de su ordenación sacerdotal en 1725, ejerció como predicador en muchos lugares del Ecuador y de Colombia.

A este misionero debemos la primera novena de Navidad que circuló en nuestras tierras. Escrita, según parece, por petición de doña Clemencia Caicedo, fundadora del convento de la Enseñanza en la capital colombiana.

sábado, 26 de noviembre de 2016

VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA

PARA OBTENER UNA GRACIA ESPECIAL



¡Oh María, consuelo de cuantos os invocan!. Escuchad benigna la confiada oración que en mi necesidad elevo al trono de vuestra misericordia. ¿A quién podré recurrir mejor que a Vos, Virgen bendita, que sólo respiráis dignidad y clemencia, que dueña de todos los bienes de Dios, sólo pensáis en difundirlos en torno vuestro? Sed pues mi amparo, mi esperanza en esta ocasión; y ya que devotamente pende de mi cuello la Medalla Milagrosa, prenda inestimable de vuestro amor, concededme, Madre Inmaculada, concededme la gracia que con tanta insistencia os pido.

martes, 1 de noviembre de 2016

Solemnidad litúrgica. 1 de noviembre Fiesta de Todos los Santos




Solemnidad de Todos los Santos que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad.


Este día se celebran a todos los millones de personas que han llegado al cielo, aunque sean desconocidos para nosotros. Santo es aquel que ha llegado al cielo, algunos han sido canonizados y son por esto propuestos por la Iglesia como ejemplos de vida cristiana.

Comunión de los santos

La comunión de los santos, significa que ellos participan activamente en la vida de la Iglesia, por el testimonio de sus vidas, por la transmisión de sus escritos y por su oración. Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra. La intercesión de los santos significa que ellos, al estar íntimamente unidos con Cristo, pueden interceder por nosotros ante el Padre. Esto ayuda mucho a nuestra debilidad humana.

Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios. Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero.

Aunque todos los días deberíamos pedir la ayuda de los santos, es muy fácil que el ajetreo de la vida nos haga olvidarlos y perdamos la oportunidad de recibir todas las gracias que ellos pueden alcanzarnos. Por esto, la Iglesia ha querido que un día del año lo dediquemos especialmente a rezar a los santos para pedir su intercesión. Este día es el 1ro. de noviembre.

Este día es una oportunidad que la Iglesia nos da para recordar que Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Que ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. Que debemos luchar todos para conseguirla, estando conscientes de que se nos van a presentar algunos obstáculos como nuestra pasión dominante; el desánimo; el agobio del trabajo; el pesimismo; la rutina y las omisiones.
Se puede aprovechar esta celebración para hacer un plan para alcanzar la santidad y poner los medios para lograrlo:

¿Como alcanzar la santidad?

- Detectando el defecto dominante y planteando metas para combatirlo a corto y largo plazo.
- Orando humildemente, reconociendo que sin Dios no podemos hacer nada.
- Acercándonos a los sacramentos.

domingo, 23 de octubre de 2016

NOVENA DE LOS DIFUNTOS.

NOVENA DE LOS DIFUNTOS.
Recordemos que desde el 24 de Octubre hasta el 1 de Noviembre, se reza la Novena de Difuntos o de Ánimas.
Recemos por nuestros familiares y amigos fallecidos y también por las Benditas Almas del Purgatorio, especialmente las más olvidadas.
Tengamos en cuenta que si bien el tiempo para rezar la Novena de Difuntos es desde el 24/OCT al 1/NOV, igualmente se puede rezar en cualquier momento del año, con el consiguiente bien para las almas de quienes están purificándose en el más allá.
SI DESEAS RECIBIR ESTA NOVENA ESCRIBE UN MENSAJE PRIVADO SOLICITÁNDOLA GRATIS ENVIANDO UNA DIRECCIÓN DE MAIL PARA EL ENVÍO, MUCHAS GRACIAS Y BENDICIONES.

martes, 4 de octubre de 2016

Mensaje de conversión Muertes repentinas.






El mundo está lleno de muertes repentinas, no sólo de adultos y personas mayores, sino incluso de jóvenes, y hasta niños y bebés.

Siendo esto así, no debemos dormirnos en los laureles, como quien dice, y preparar nuestras almas para el tránsito al más allá, puesto que nadie sabe en qué momento deberá partir de este mundo. Por eso es necesario estar siempre en gracia y amistad de Dios, para que la muerte no nos sorprenda en pecado mortal o grave, lo cual sería nuestra condenación eterna.

A veces vivimos la vida tranquilamente y por largo tiempo sin confesarnos con el sacerdote, y así creemos que nosotros tenemos el Cielo asegurado, o que Dios nos dará un tiempo antes de la muerte para arrepentirnos y salvarnos.

Despertemos porque este pensamiento no viene de Dios, sino de nuestra presunción y de las astucias del Maligno, que también estará presente en el momento de nuestra muerte, para acusarnos y perdernos a último instante.

Ya Jesús nos previene en el Evangelio que debemos estar siempre preparados, es decir, en gracia de Dios. Si hacemos así, entonces no debemos temer a la muerte repentina, porque tendremos asegurado el Paraíso.

¡Cuántos que se han acostado para pasar la noche, no despertaron más en este mundo! ¡Y nosotros que nos vamos a dormir quizás con odio en el corazón, y en pecado mortal, sin ni siquiera hacer un acto de contrición perfecta cada noche para ponernos en amistad con Dios, así si en la noche nos sobreviene la muerte, evitaremos el Infierno!

¿Dios es bueno? Sí. Infinitamente bueno es Dios. ¿Dios es misericordioso? Sí. Dios es infinitamente misericordioso. Pero nosotros tenemos un tiempo para aprovechar la bondad y misericordia de Dios, y ese tiempo es mientras estamos vivos en este cuerpo mortal. Llegada la muerte, terminó el tiempo de la misericordia y llega el de la justicia.

Locos son los que no piensan en estas cosas, de las que todos los días hacemos experiencia, porque vemos morir a nuestros amigos, vecinos, parientes, y nosotros quizás seguimos en la tibieza, sin confesarnos, sin convertirnos.

Aprovechemos el tiempo de vida, porque se vive una sola vez, y en ese tiempo hay que ganar el Cielo y evitar el Infierno. Si no aprovechamos la vida para esto, habremos vivido inútilmente.

domingo, 2 de octubre de 2016

Mensaje sobre el Santo Rosario




Madre de Dios.

La Santísima Trinidad reveló la primera parte. Santa Isabel –iluminada por el Espíritu Santo– añadió la segunda. Y la Iglesia –en el primer concilio de Efeso, celebrado en 430– sugirió la conclusión, después de condenar el error de Nestorio y definir que la Santísima Virgen es verdaderamente Madre de Dios. El concilio ordenó que se invocase a la Santísima Virgen bajo este glorioso título con estas palabras: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”.

(De “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario”, San Luis María Grignion de Montfort)

Comentario:

Este título de la Virgen: “Madre de Dios”, es el título por el que le llegan a María todas las demás excelencias. No es de extrañar que este título sea tan atacado por los herejes, y por el mismo demonio, casi tanto como la virginidad perpetua de María, pues con el título de Madre de Dios, la Iglesia dice que María es sólo inferior a Dios, que en cierta manera Dios se le somete como Hijo suyo, y que la Virgen es la Omnipotencia suplicante, y que todo lo que Dios hace por naturaleza, María también lo hace por gracia.

Cosas grandiosas se deducen de que María es la Madre de Dios, y por eso los malos quieren borrar este título de la Virgen. Pero los católicos, lo repetimos muchas veces en el rezo del Rosario, al cual el enemigo le teme profundamente.

Recemos mucho el Rosario y tendremos a esta Madre de Dios, pero también Madre nuestra, con nosotros, y nada malo nos podrá suceder, porque si Dios nos puede proteger, y mucho; María nos protege como lo hace Dios, pero además, nos protege como madre, porque una madre sabe dar lo mejor a sus hijos.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Coronilla a San Miguel Arcángel.




Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia De Astónac. El arcángel le dijo a la religiosa que deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles. La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.
Promesas: A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel promete grandes bendiciones: Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.
En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles. Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías. Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.
En el Nombre del Padre...
Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, etc.
1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías
2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines, dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos, derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones, danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados, infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles, dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:
En honor a San Miguel ...... 1 Padre Nuestro
En honor a San Gabriel...... 1 Padre Nuestro
En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro
Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos celestiales, fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios, admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud, dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.
V. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.
Oremos. Todopoderoso y Eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel, te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos de modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad. Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

martes, 27 de septiembre de 2016

Valor de una buena obra.










El valor de una buena obra que realizamos es muy grande, puesto que al igual que una piedra cuando es arrojada al lago, genera una serie de olas que desde el centro se extienden hacia las orillas; así también cuando hacemos una buena obra, las influencias de ella se extienden hasta regiones desconocidas, no sólo en la tierra, sino más allá, incluso hasta el Purgatorio.
Cuántas personas que eran pecadoras y estaban a punto de condenarse, quizás se salvaron porque en su infancia, juventud o adultez, habían realizado una buena obra, y Dios la tuvo en cuenta para darles la conversión y salvación a sus almas.
Por eso no tenemos que perder tiempo y aprovechar esta vida para realizar buenas obras, porque así tendremos un tesoro en nuestro haber, y cada obra realizada en gracia de Dios y por amor a Dios y a los hombres, tendrá un valor casi infinito y nos acompañará al tribunal de Dios para nuestro Juicio particular a la hora de nuestra muerte, y también en el Juicio Final al fin del mundo.
Dios es infinitamente Misericordioso, y nos ha concedido este tiempo de vida sobre la tierra para que lo aprovechemos a dar frutos, a hacer buenas obras. No lo malgastemos en pasatiempos inútiles, e incluso pecaminosos, sino usémoslo para hacer el bien, para tener un tesoro en el Cielo, y obtener la protección de Dios en la tierra y más allá de ella.
Tengamos hambre y sed de realizar buenas obras, porque así nos iremos escapando cada vez más de las garras del Maligno, y nos aseguraremos el Paraíso para nosotros y para quienes amamos.
Además, evitemos hacer obras malas, porque también en el mal, cada obra mala realizada es como un peso, un lastre que nos va empujando al fondo del Abismo infernal.
En definitiva es lo de siempre, no hay nuevas verdades, sino que Dios nos manda siempre que hagamos el bien y evitemos el mal, cosa que a veces se nos olvida y, en la vorágine del mundo y de ver que todos mienten, o todos traicionan, o muchos son malos, también nosotros terminamos imitándolos y, como dice San Pablo: “No hacemos el bien que queremos, sino el mal que no queremos”.
Es tiempo de rectificar nuestra intención, de volver a obrar bien y hacer obras de misericordia, porque no otra cosa es la religión católica, que nos enseña a ser buenos, como Dios es Bueno. Pensemos en ello y obremos en consecuencia.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Probados pero alegres.




Reflexionemos en una frase que nos diera San Juan Bosco (Don Bosco), que dice: “El demonio tiene miedo de la gente alegre.”
Y ésta es una gran verdad que, si nos detenemos a meditar más profundamente, nos daremos cuenta que efectivamente el demonio busca por todos los medios de que no estemos alegres. Con cosas reales o ficticias, con problemas más o menos serios, el diablo trata de mantenernos alejados de la alegría, y no pocas veces lo logra, empujándonos hacia caminos de tristeza y desesperación.
Es que el diablo quiere quitarnos la esperanza. Y no sólo la esperanza de esta vida, sino lo que es mucho peor, nos quiere quitar la esperanza de la Vida eterna, del Cielo, haciéndonos creer que el Cielo no está hecho para nosotros, y es lógico entones que no tengamos alegría.
¡Cuidado con las astucias del Maligno! No le demos el gusto a Satanás y estemos siempre contentos, basando nuestra alegría constante en que Jesús está Resucitado en medio nuestro, y es Él quien guía los acontecimientos de nuestras vidas, de las vidas de quienes amamos, y del mundo entero.
Así que no desesperemos y estemos alegres a pesar de las pruebas, porque el triunfo será de Cristo, y el demonio es un vencido, es el eterno vencido, si bien por el momento tiene cierto poder para amargarnos la vida de alguna forma.
También el diablo nos muestra el gran mal que hay en el mundo, y con ello nos quiere hacer desanimar, que bajemos los brazos y no tratemos de luchar por un mundo mejor. Satanás quiere dar la impresión de que ha conquistado ya todo, y que ahora no hay ya nada que hacer.
Sin embargo muchos profetas han anunciado –y entre ellos el gran San Juan Pablo II- que debe venir sobre el mundo una era de paz y felicidad muy grandes.
La Virgen también nos dice en algunos de sus mensajes que vivamos en el Paraíso ya desde esta tierra, porque ya hemos vencido con Cristo vencedor, y como dice el Salmo, aunque las montañas se desplomen en el mar, no temeremos.
Recordemos que los mismos Apóstoles tuvieron miedo en medio de la tormenta en el lago, pero Jesús en un instante apaciguó todo.
Así será ahora en este tiempo: se levantan grandes tormentas de todo tipo, ya sea en el mundo y también en nuestras vidas y en las vidas de quienes amamos. Pero no tengamos miedo ni nos entristezcamos, porque el triunfo será de Cristo que, en un abrir y cerrar de ojos volverá todo a los cauces normales.
Con esta gran confianza en nuestro corazón, marchemos alegres por la vida, con la alegría que nos da el tener a Dios en el alma, por la gracia santificante; y aunque estemos alejados de Dios, no desconfiemos de su Misericordia, porque Él no se olvida de nosotros y está preparando nuestro retorno a sus brazos de Padre.
Conservemos la alegría pensando en el Cielo que nos espera. Pensando en que con nuestro padecer salvamos almas y cuerpos. Que Dios piensa en nosotros y no pierde ni un gesto ni una lágrima nuestra. Así seremos felices porque viviremos como resucitados en este mundo, sabiendo que nada, realmente nada malo puede sucedernos que Dios no lo permita, y lo oriente al cumplimiento de sus maravillosos designios para nosotros y para el mundo entero, para sacar bienes de los males que nos afligen.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Nuestra Señora de la Merced.




Evangelio del día.
Sábado 24/SEP/16.   Jn 19, 25-27.

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre, con su hermana María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Reflexión:
La Virgen se apareció a San Pedro Nolasco y le pidió fundar una orden para rescatar a los esclavos cristianos de las manos de los sarracenos en España. Es que la Virgen siempre nos rescata de las manos del mal, porque Ella es la enemiga personal de Satanás, y si queremos ser realmente libres, entonces encomendémonos a María, seamos obedientes a Ella, y seremos completamente libres.

“Merced” significa “misericordia”, y es que María es la Madre de la Misericordia, porque es Madre de Jesús, que es la Misericordia del Padre. Así la Virgen puede derramar su amor y misericordia sobre las miserias humanas, entre las que nos encontramos nosotros, y así María hace obras maravillosas de gracia, de modo que nos lleva de ser pecadores a grandes santos.
Confiémonos a María Santísima, especialmente a Nuestra Señora de la Merced, para que Ella nos libre de la esclavitud del pecado, que es la peor esclavitud, pues nos hace esclavos de Satanás, el más tremendo y malvado amo, que nos quiere perder en el tiempo y en la eternidad.

Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ser también nosotros liberadores de nuestros hermanos, ayudándolos a huir del pecado y del demonio, por medio de oraciones y sacrificios.

Jesús, María, os amo, salvad las almas.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Un alma que se santifica.





Un alma que se santifica vale más que todo lo demás, que todas las obras exteriores y de apostolado. Es bueno que esto lo tengamos en cuenta para no equivocar el camino. Está bien que hagamos apostolado y evangelicemos, pero los primeros evangelizados debemos ser nosotros mismos. Tenemos que poner en práctica lo que sabemos de nuestra fe, y trabajar en nuestra santificación y, sobre todo, dejar trabajar a Dios en nosotros para que Él nos santifique con su Espíritu Santo.

Es que a veces estamos tan atareados en el apostolado y en buscar la salvación de las almas, que quizás nos olvidamos un poco o bastante de nuestra propia alma, siendo que nadie puede dar lo que no tiene, y entonces jamás daremos a Jesús a los demás, si no lo tenemos nosotros por la gracia santificante y las virtudes.

Ahora es el momento de recordar también aquella frase muy verdadera que dice: “Alma por alma, salvo la mía”. Es decir, que debo tratar de salvar almas, pero PRIMERO debo salvar mi propia alma, tengo que trabajar por mi santificación, huyendo del pecado y practicando la virtud, alimentando mi alma con la Palabra de Dios y con los Sacramentos, pues paradójicamente cuanto más pensamos en nosotros y en nuestra santificación, tanto mayor bien hacemos a los demás, sabiéndolo o sin saberlo, pues aunque ni siquiera salgamos de nuestra casa a predicar, con nuestra santificación, y gracias a la Comunión de los Santos, por los que todos estamos misteriosa pero realmente unidos, hacemos mucho bien a las almas. Recordemos que Santa Teresita es patrona de las misiones, y jamás salió de su convento. Con esto la Iglesia nos quiere recordar una verdad muy olvidada en estos tiempos de frenética actividad: Que sólo hay una cosa importante: tener a Dios en el alma por la gracia, y buscar ser santos.

Pensemos en estas cosas y tratemos de ponerlas en práctica, porque tanto ver este mundo, y las cosas de este mundo, de manera racionalista, con la sola razón, nos olvidamos de practicar la Fe, nos olvidamos de que Dios es un Dios de milagros y que trabaja en lo interior y escondido, y que difícilmente las obras de Dios se traslucen al exterior, y en todo caso, si se ven exteriormente, es porque hay un interior muy unido al Señor.

Así que cuando nos asalte el pensamiento de que “yo no hago nada, ningún apostolado, nada aparentemente útil”, pensemos que la forma de ser más “útiles” a Dios y a los hermanos, es trabajar en nuestra propia santificación.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Buscando paz.





María vengo a ti buscando paz, porque tú eres la Reina de la Paz, y das la paz a los que se confían a ti. Hoy el mundo está sin paz y mi alma a veces la pierde y se turba. Por eso te pido que la tomes bajo tu cuidado y me des la paz, que el demonio quiere quitarme, puesto que él, cuando no puede hacer caer en pecado, trata por lo menos de hacernos perder la paz. Quiero rezarte el Rosario, pues sé que éste nos lleva a la paz y nos une con una fuerte cadena a tu Corazón Inmaculado. No sé si podré rezarlo completo pero voy a intentar hacer lo mejor posible, con tu ayuda, y quiero tenerte de la mano para no perderme en este mundo que es enemigo de los cristianos, y especialmente de los que te aman, porque este mundo no ama la pureza y su príncipe es el Maligno. María, Madre mía, tómame entre tus brazos y arrúllame para que no sienta el fragor de la violencia que hay sobre la tierra y que mantenga el alma en la paz de Dios, que no es como la que da el mundo.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Nuestra Señora de los Dolores.


Evangelio del día.


Jueves 15/SEP/16.


Jn 19, 25-27.






Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre, con su hermana María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.


Reflexión:


María está en lo más alto del Cielo por su relación única con Dios, ya que es Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo. Pero también está en ese lugar por su tremendo sufrimiento que es superior a todos los que padecieron los Santos y los Mártires juntos. Más alto se está en el Cielo cuanto mayor ha sido nuestro padecer aquí en la Tierra. Si pensamos en estas cosas nos vendrán ganas de padecer por amor a Dios para estar más cerca de Él en el Cielo. Se dice que si los Ángeles pudieran envidiar a los hombres, les envidiarían dos cosas: la Eucaristía y el padecer algo por Dios.


Pidamos a la Santísima Virgen que nos enseñe a valorar la cruz y nos dé el deseo de sufrir algo por amor a Dios como lo hicieron los Santos.


Jesús, María, os amo, salvad las almas.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Hoy se celebra en Argentina la Exaltación de la Santa Cruz. Esta es una fiesta que va claramente a contramano del espíritu del mundo, ya que éste rechaza cada vez más la cruz, es decir, rechaza el sufrimiento redentor y lo trata de reemplazar por la búsqueda exasperada del placer y la comodidad. Pero lo más grave de esto es que dentro del mismo Cristianismo se trata de abolir a veces también la cruz y se vive una vida relajada donde debería haber heroicos cirineos llevando su cruz con valentía. Nosotros tratemos de ser corredentores con Cristo y sepamos claramente que al mundo lo salva solamente el sufrimiento y la oración.
Pidamos a la Santísima Virgen que nos ayude a llevar con amor nuestras cruces y nos dé la gracia de entender que nuestros sufrimientos tienen un valor redentor muy grande.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Oración de Sanación



Mi Señor, quiero amarte con un amor verdadero, apasionado y fiel, un amor que me nutra y encienda la llama de tu Espíritu sobre mí para proyectar mi vida con amor, claridad, pasión y entrega. Sabes que estoy lleno de vacíos que sólo pueden ser colmados por tu presencia divina. Mis miedos, dolores, preocupaciones, y angustias, sólo se desvanecen ante la fuerza poderosa de tus palabras. Confío en que tus beneficios me llegan a diario y en todo momento, por eso no tengo que dejarme limitar por rigurosas leyes absurdas que intentan separarme tus gracias y bondades
Amado Padre, todo lo bueno que me has dado es porque Tú me lo has provisto. Gracias, por permanecer a mi lado y ayudarme en todas mis luchas y así poder trabajar duro y esforzarme por sólo aquello que me hace crecer como persona. Con tu sombra protectora haces que todas las dificultades y todos los problemas se transformen en lluvia de bendiciones que me hacen más tuyo y confirman la innegable presencia de tu poder en mi vida.
Ven, Dios mío, a ser el escudo contra los malos deseos de aquellos que no me quieren ver feliz. Ven y desintegra toda palabra destructiva y llena de odio que esté atentando contra mi vida. Tú me sostienes a diario, me vas fortaleciendo sin dejarme vencer por la tristeza y como coraza impenetrable me proteges y apartas del enemigo malo. Cuento con tu poder, con tu bendición de Padre que provee y satisface las necesidades de sus hijos. En Ti puedo descansar confiado eternamente. Amén

domingo, 28 de agosto de 2016

TOMA MI CORAZON

“Señor, toma este corazón de piedra,
y dame un corazón de hombre: un corazón que te ame, un corazón que
se alegre en ti, que te imite y
que te complazca.”
San Ambrosio

domingo, 7 de agosto de 2016

María Madre Nuestra



María Madre de Dios acompaña a las mujeres embarazadas y a las que están dando a luz para que puedan llegar a convertirse en madres como Tu. Sostén sus manos para que puedan recibir el maravilloso regalo de la vida. Ayuda a quienes están en la búsqueda de ser madres y alienta a seguir adelante a quienes están dudosas, solas y desesperadas, amen.

domingo, 10 de julio de 2016

NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN





ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.


ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.


DÍA PRIMERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA SEGUNDO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA TERCERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA CUARTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA QUINTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


SEXTO DÍA

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA SÉPTIMO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA OCTAVO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA NOVENO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

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