jueves, 3 de agosto de 2017
Reflexión del Papa Francisco
Lo repetimos una y otra vez: En este mundo estamos de paso, por ello, la seguridad de poder descansar eternamente en los brazos de Dios, es la tarea que con más interés debemos cuidar.
Hay que estar atentos para cuando llegue el Señor a pedirnos cuenta de nuestra administración.
Es preciso tenerlo todo en orden para acertar en el destino definitivo de la vida.
En este sentido es como se nos avisa que estemos bien dispuestos:
Estemos alerta para que la muerte nos sorprenda preparados y así evitar el fracaso definitivo de la vida.
Estemos alerta para acumular méritos para entrar en el Reino de la vida.
Estemos alerta y bien despiertos para recibir la llamada definitiva.
Estemos alerta y procuremos tener las cuentas claras de nuestra vida interior y presentarnos con la conciencia limpia ante nuestro Dios.
Estemos alerta recordando que estamos a tiempo de cambiar sabiendo que nunca es demasiado tarde mientras tengas vida.
Estemos alerta a la llamada de Dios para seguirla sin condiciones estando bien atentos para responder: Estamos aquí, Señor.
El llanto y crujir de dientes no es para nosotros, los que intentamos seguir a Cristo incondicionalmente.
Si procuramos estar bien despiertos, con el corazón limpio y la mente dispuesta para seguir al Señor, no vamos a temer ni el sufrimiento ni la muerte, pues estamos destinados a la VIDA eterna. (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 15 de noviembre de 2015)
El llanto y crujir de dientes no es para nosotros, los que intentamos seguir a Cristo
Los ángeles vendrán y arrojarán a los malos al horno ardiente
Mateo 13,47-53 - : El llanto y crujir de dientes no es para nosotros, los que intentamos seguir a Cristo
Evangelio según San Mateo 13,47-53
Los malos serán arrojados al horno ardiente: "En aquel tiempo, dijo Jesús a la multitud: El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron. Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo". Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí". Palabra del Señor
martes, 1 de agosto de 2017
UN MINUTO CON MARÍA
UN MINUTO CON MARÍA
Bendíceme, madre y ruega por mí sin cesar.
Aleja de mi, hoy y siempre el pecado.
Si tropiezo, tiende tu mano hacia mí.
Si cien veces caigo, cien veces levántame.
Si yo te olvido, tú no te olvides de mí.
Si me dejas Madre ¿Qué será de mí?
En los peligros del mundo asísteme.
Quiero vivir y morir bajo tu manto.
Quiero que mi vida te haga sonreír.
Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
Y al fin, sal a recibirme y llévame junto a ti.
Tu bendición me acompañe hoy y siempre.
Amén”
OREMOS POR LA PAZ
AMIGOS, HERMANOS
necesitamos que unamos nuestras voces en oración, junto a la de nuestros ángeles para pedir por la paz del mundo. La muerte, la desolación las catástrofes azotan nuestro planeta, el mundo esta enfermo, necesitado de amor, de luz, de esperanzas.
El corazón del hombre se ha endurecido y en cada aparición la Virgen nos pide que recemos por la paz. Necesitamos que sea una oración diaria, personal o familiar.
Por la paz mundial, por la paz de nuestro pais, por la paz familiar, por la paz personal, oremos:
"Señor Jesús, ten piedad de nosotros y concédenos la paz y la unidad, no permitas que nos soltemos de tus manos y danos un corazón capaz de amar como tu nos amas. María Madre auxílianos en estas difíciles horas de la tribulación, se nuestra fuerza y consuelo. Cúbrenos con tu manto y que la sangre de tu bendito Hijo nos proteja de todo mal, Ten piedad Señor de nosotros, los que a ti nos encomendamos, te lo rogamos por tus méritos y los de tu amorosa Madre. Ten piedad y se nuestra Roca y Baluarte.
Señor no mires nuestras miserias y pecados, sino la fe de tu iglesia que clama tu socorro. Madre Santa tu eres nuestro comandante dirígenos por el camino que al Señor le agrada, danos Señora las armas necesarias para hacer de este mundo un espacio de amor misericordioso, donde ningún hermano sufra. Te lo rogamos Señor por la intercesión de María Santísima, por sus méritos te lo pedimos, a tí que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén."
El corazón del hombre se ha endurecido y en cada aparición la Virgen nos pide que recemos por la paz. Necesitamos que sea una oración diaria, personal o familiar.
Por la paz mundial, por la paz de nuestro pais, por la paz familiar, por la paz personal, oremos:
"Señor Jesús, ten piedad de nosotros y concédenos la paz y la unidad, no permitas que nos soltemos de tus manos y danos un corazón capaz de amar como tu nos amas. María Madre auxílianos en estas difíciles horas de la tribulación, se nuestra fuerza y consuelo. Cúbrenos con tu manto y que la sangre de tu bendito Hijo nos proteja de todo mal, Ten piedad Señor de nosotros, los que a ti nos encomendamos, te lo rogamos por tus méritos y los de tu amorosa Madre. Ten piedad y se nuestra Roca y Baluarte.
Señor no mires nuestras miserias y pecados, sino la fe de tu iglesia que clama tu socorro. Madre Santa tu eres nuestro comandante dirígenos por el camino que al Señor le agrada, danos Señora las armas necesarias para hacer de este mundo un espacio de amor misericordioso, donde ningún hermano sufra. Te lo rogamos Señor por la intercesión de María Santísima, por sus méritos te lo pedimos, a tí que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén."
lunes, 31 de julio de 2017
CREO EN DIOS TODOPODEROSO
DIOS ES TODOPODEROSO
Si sabemos que Dios lo puede todo, ya que eso es lo que rezamos en el Credo: “Creo en Dios, Padre Todopoderoso”, ¿por qué entonces andamos tan angustiados por las cosas que nos pasan y les suceden a nuestros familiares y amigos? ¿Acaso Dios no sabe de esas cosas? ¿Acaso Dios no ve? El Señor solo pide nuestra fe y confianza para actuar, porque ahora como en tiempos de Jesús, el Señor pide y exige nuestra confianza para obrar el milagro.
En cambio, nosotros andamos muy desconfiados de Dios, pensando en nuestro interior: “Dios no me puede conceder esto”. ¿Qué es lo que Dios no puede hacer o conceder? Absolutamente todo lo puede Dios, entonces confiemos en Él, porque nuestra fe y confianza deja mucho que desear.
Hay una frase del Padre Pío de Pietrelcina que dice una gran verdad: “Reza, ten fe y no te preocupes” Esa fe, esa confianza que debemos tener en Dios nos debe hacer vivir en completa paz, sabiendo que Dios ve todo y tiene todo bajo control, y lo que permite siempre es para un bien.
En lo que toca a nosotros debemos rezar mucho y con plena confianza en Dios, sabiendo que Él hará lo mejor.
VIVIR LA VIDA!
Un error muy extendido en los hombres de este tiempo es creer que la vida sobre la tierra es la única vida que existe y que hay que aprovecharla y disfrutarla al máximo porque luego viene la muerte y todo se termina.
¡No! No es que todo se termina con la muerte, sino que todo comienza, porque después de la muerte viene el premio o castigo merecido por las obras y el modo de vivir que tuvimos en la tierra.
Entonces hay que tener bien en claro que este tiempo de vida sobre la tierra no es para que lo pasemos despreocupadamente sino para que lo aprovechemos bien para ser santos, para hacer buenas obras y vivir de acuerdo al Evangelio, así evitaremos el Infierno y alcanzaremos el Cielo.
Hoy, con el materialismo y el progreso moderno, que nos quiere hacer creer que la felicidad está en el tener más, y en disfrutar de las nuevas tecnologías, y que nos hace descuidar la oración, es un gran engaño de Satanás, que sabe cómo son las cosas y que no deja nada por intentar con tal de arrastrar el mayor número de almas al Infierno.
Si queremos ser santos, no descuidemos la oración, porque sin oración no hay santidad posible. Es más, sin oración no hay salvación posible.
Recordemos entonces que esta vida terrena es tiempo de prueba, donde el demonio nos pone duramente a prueba, especialmente a los que le hacemos frente y tratamos de vivir nuestro cristianismo y vivir en gracia de Dios. De esta prueba dependerá nuestra eternidad. Entonces seamos inteligentes y prudentes y utilicemos esta vida para ganar la otra y no para perderla.
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