NOVENA DE MARÍA AUXILIADORA
(Propagada por San Juan Bosco)
1. Rezad durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".
El cristiano ora al Señor y también a la que es su Auxiliadora
2. Recibid los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
El cristiano vive unido a Cristo, a la Auxiliadora de los cristianos y a la Iglesia por los Sacramentos.
3. Os recomiendo que prometáis vuestro donativo o vuestro trabajo personal para sostener obras de apostolado, preferentemente salesianas.
El cristiano, siente que la Auxiliadora le anima a ser apóstol y a sostener las obras de apostolado de la Iglesia de Cristo.
ORACIÓN DE SÚPLICA
Santísima Virgen, Madre de Dios, yo aunque indigno pecador postrado a vuestros pies en presencia de Dios omnipotente os ofrezco este mi corazón con todos sus afectos. A vos lo consagro y quiero que sea siempre vuestro y de vuestro hijo Jesús.
Aceptad esta humilde oferta vos que siempre habéis sido la auxiliadora del pueblo cristiano.
Oh María, refugio de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.
Reina de los cielos, en vuestras manos pongo mi causa. Se bien que en los casos desesperados se muestra más potente vuestra misericordia y nada puede resistir a vuestro poder. Alcanzadme Madre mía la gracia que os pido si es del agrado de mi Dios y Señor. Amén.
Parecía que desde el primer momento de su nacimiento Dios tenía designios especiales para Rita. Según una tradición, desde que era bebé, mientras dormía en una cesta, abejas blancas se agrupaban sobre su boca, depositando en ella la dulce miel sin hacerle daño y sin que la niña llorara para alertar a sus padres. Uno de los campesinos, viendo lo que ocurría trató de dispersar las abejas con su brazo herido. Su brazo se sano inmediatamente.
Después de 200 años de la muerte de Santa Rita, algo extraño ocurrió en el monasterio de Cascia. Las abejas blancas surgían de las paredes del monasterio durante Semana Santa de cada año y permanecían hasta la fiesta de Santa Rita, el 22 de Mayo, cuando retornaban a la inactividad hasta la Semana Santa del próximo año. El Papa Urbano VIII, sabiendo lo de las misteriosas abejas pidió que una de ellas le fuera llevada a Roma. Después de un cuidadoso examen, le ató un hilo de seda y la dejó libre. Esta se descubrió más tarde en su nido en el monasterio de Cascia, a 138 kilómetros de distancia. Los huecos en la pared, donde las abejas tradicionalmente permanecen hasta el siguiente año, pueden ser vistos claramente por los peregrinos que llegan hoy al Monasterio.
Santa Rita de Casia no tuvo una vida fácil, fue una hija obediente y esposa fiel, pero era maltratada por su esposo y vio morir a sus hijos; sin embargo, gracias a su amor a Jesús logró la conversión del marido y ahora es conocida como la “santa de lo imposible” y Patrona de los necesitados. Su fiesta se celebra el 22 de mayo.
Santa Rita nació en 1381 en Italia en una época de conquistas, rebeliones y corrupción. Ella y sus padres fueron analfabetos, pero Dios le concedió a la Santa la gracia de leer. Quiso ser religiosa, pero sus padres le escogieron un esposo y ella aceptó obediente.
Su esposo tenía malas juntas, era bebedor, mujeriego y la golpeaba, pero Santa Rita se mantuvo fiel y en oración. Tuvieron dos gemelos que tenían el mismo temperamento del papá. Tras 20 años de casados el esposo se convirtió, Rita lo perdonó y juntos se acercaron más a la vida de fe. Un día él no llegó a casa y lo encontraron asesinado.
Los hijos juraron vengar la muerte de su padre y la pena de Santa Rita aumentó más. Ni sus súplicas los hacían desistir. La afligida mamá rogó al Señor que salvara a sus hijos y que tomara sus vidas antes de que se condenaran con un pecado mortal. Así ambos padecieron una terrible enfermedad y antes de morir perdonaron a los asesinos.
Más adelante, Santa Rita quiso ingresar con las hermanas agustinas pero no fue fácil porque había estado casada y por la sombría muerte de su esposo. Ella se puso en oración y cierta noche oyó que la llamaban tres veces por su nombre. Abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota.
Ellos le pidieron que los siga y después de recorrer las calles sintió que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia hasta encontrarse arriba del Monasterio de Santa María Magdalena. Allí cayó en éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Monasterio y las monjas agustinas no pudieron negarle más el ingreso a la comunidad.
Hizo su profesión religiosa ese mismo año (1417) y fue puesta a duras pruebas por las superioras.
Santa Rita recibió los estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. A diferencia de otros santos con este don, las llagas en ella olían a podrido y tuvo que vivir aislada durante muchos años.
Después de una grave y dolorosa enfermedad partió a la Casa del Padre en 1457. La herida de espina en su frente desapareció y en su lugar quedó una mancha roja como un rubí que tenía deliciosa fragancia. Su cuerpo permanece incorrupto.
El 19 de mayo de 1853, en Cerreto, Italia (Toscana), en un lugar llamado "La Casetta", una pastora de doce años, Verónica Nucci, cuidaba su rebaño con su hermano menor, Giovanni Battista, de siete años, cuando se desató una tormenta y tuvieron que llevar el rebaño a una choza.
De repente, Verónica ve frente a ella a una "hermosa señora desconocida, arrodillada, que llevaba un vestido blanco decorado con pequeñas flores rojas y una especie de cinturón negro en la cintura, un abrigo azul cielo con manchas rojas y redondas, y en la cabeza una corona dorada que terminaba en cruz". “Verónica, acércate a mí, no te mojarás, arrodíllate aquí", le dijo. Y agregó: "Recemos cinco credos a mi Hijo (...). Recemos la Protesta (oración de preparación a la muerte). Finalmente: “Ayúdame a llorar”. “¿Por qué lloras?”, le pregunta Verónica. “Lloro por los pecadores. ¿Ves cómo está lloviendo? Los pecadores son más numerosos que las gotas de agua que caen. Mi Hijo tiene las manos y los pies clavados, las cinco heridas abiertas. Si los pecadores no se convierten, mi Hijo tendrá que mandar el fin del mundo. ¿Y tú estarías contenta de vivir tres o cuatro meses más, o de llegar al fin del mundo?”. “¡Prefiero morir!”.
La aparición pide orar: "Todos los días, siete padrenuestros, avemarías y glorias por la Sangre derramada; luego cinco padrenuestros, avemarías y glorias por las Cinco Heridas; y siete padrenuestros, avemarías y glorias por mí que me llamo María Dolorosa".
Tomado del Dictionnaire des Apparitions (Diccionario de las apariciones) del padre René Laurentin. Fayard 2007.
Dios te salve, Maria, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.