sábado, 14 de abril de 2018

OREMOS POR LA PAZ

Oración de san Juan Pablo II por Siria y Oriente Medio

Dios de infinita misericordia y bondad,
con corazón agradecido te invocamos hoy en esta
tierra que en otros tiempos
recorrió San Pablo.
 
Proclamó a las naciones la verdad de que en
Cristo Dios reconcilió al mundo consigo.
Que tu voz resuene en el corazón
de todos los hombres y mujeres,
cuando los llames a seguir
el camino de reconciliación y paz,
y a ser misericordiosos como Tú.
 
Señor, tú diriges palabras de paz
a tu pueblo y a todos
los que se convierten a ti de corazón.
Te pedimos por los pueblos de
Oriente Medio.
 
Ayúdales a derribar las barreras
de la hostilidad y de la división
y a construir juntos un mundo
de justicia y solidaridad.
 
Señor, Tú creas cielos nuevos
y una tierra nueva.
Te encomendamos a los jóvenes
de estas tierras.
 
En su corazón aspiran
a un futuro más luminoso;
fortalece sus decisión de ser hombres
y mujeres de paz y heraldos
de una nueva esperanza para sus pueblos.
Padre, tú haces germinar
la justicia en la tierra.
 
Te pedimos por las autoridades civiles
de esta región,
para que se esfuercen por satisfacer
las justas aspiraciones de sus pueblos
y eduquen a los jóvenes
en la justicia y en la paz.
 
Impúlsalos a trabajar generosamente
por el bien común y a respetar
la dignidad inalienable de toda persona
y los derechos fundamentales que derivan de la
imagen y semejanza del Creador
impresa en todo ser humano.
 
Te pedimos de modo especial
por la autoridades de
esta noble tierra de Siria.
 
Concédeles sabiduría, clarividencia
y perseverancia;
no permitas que se desanimen
en su ardua tarea de construir
la paz duradera,
que anhelan todos los pueblos.
Padre celestial, en este lugar
donde se produjo la conversión
del apóstol San Pablo,
te pedimos por todos los que creen
en el evangelio de Jesucristo.
 
Guía sus pasos en la verdad y en el amor.
Haz que sean uno, como Tú eres uno
con el Hijo y el Espíritu Santo.
 
Que testimonien la paz que supera todo
conocimiento y la luz que triunfa
sobre las tinieblas de la hostilidad,
del pecado y de la muerte.
 
Señor del cielo y de la tierra,
Creador de la única familia humana,
te pedimos por los seguidores
de todas las religiones.
 
Que busquen tu voluntad en la oración
y en la pureza del corazón,
y te adoren y glorifiquen tu santo nombre.
Ayúdales a encontrar en ti la fuerza
para superar el miedo y la desconfianza, para que
crezca la amistad
y vivan juntos en armonía.
 
Padre misericordioso,
que todos los creyentes encuentren
la valentía de perdonarse unos a otros,
a fin de que se curen las heridas del pasado y no
sean un pretexto
para nuevos sufrimientos en el presente.
 
Concédenos que esto se realice
sobre todo en Tierra Santa,
esta tierra que bendijiste
con tantos signos de tu Providencia
y donde te revelaste como Dios de amor.
 
A la Madre de Jesús,
la bienaventurada siempre Virgen María,
le encomendamos a los hombres
y a las mujeres que viven en la tierra
donde vivió Jesús.
 
Que, al seguir su ejemplo,
escuchen la palabra de Dios
y tengan respeto y compasión
por lo demás, especialmente
por los que son diversos de ellos.
 
Que, con un solo corazón y una sola mente,
trabajen para que todo el mundo sea
una verdadera casa para todos sus pueblos.
¡ Paz! ¡Paz! ¡Paz!
Amén.
 
San Juan Pablo II

jueves, 12 de abril de 2018

COMO VIVIR UNA VIDA PLENA Y FELIZ




Vivir una vida integral en los diferentes aspectos es crucial para sentirnos bien y realizarnos personal y socialmente.

El psicólogo Martin Seligman evidencia las diferencias entre el estilo de vida placentero, la construcción de una buena vida y la vida significativa.


1. La vida placentera
Entendiendo por vida placentera algo bien distinto de la vida orientada al mero placer sin mayores aspiraciones.

Se trata por el contrario en saber promover emociones positivas que sean duraderas empezando por cubrir antes que nada nuestras necesidades básicas de la vida como la alimentación, seguridad, reconocimiento social, etcétera y así lograr un equilibrio entre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.

Para lograr este primer nivel Seligman propone una actitud de agradecimiento y perdón por todo lo que hemos vivido en el pasado.

Es necesario saber lidiar con las emociones negativas del presente para mirar el futuro con esperanza y optimismo.

2. La construcción de una buena vida
Felicidad no siempre es sinónimo de riqueza, poder o éxito social o personal. Una visión más amplia de la felicidad nos llevaría a saber alcanzar nuestro máximo potencial humano y desarrollarlo para sentirnos más plenos y más contentos con nosotros mismos.

Para mejorar nuestro potencial debemos empezar por el desarrollo de las fortalezas humanas.

Siguiendo los elencos de Martin Seligman y el doctor Christopher Peterson, experto en el campo de la esperanza y el optimismo, presento una síntesis de las fortalezas personales que podremos desarrollar partiendo de la base de las virtudes humanas:

– Sabiduría y conocimiento: Curiosidad e interés por el mundo, amor por el conocimiento y el aprendizaje, juicio, pensamiento critico y mentalidad abierta, ingenio, originalidad e inteligencia práctica.

– Coraje: Valentía, perseverancia y diligencia, integridad, honestidad y autenticidad, vitalidad y pasión.

– Humanidad: Amor, capacidad de amar y ser amado, simpatía, amabilidad y generosidad, inteligencia emocional, justicia, civismo, equidad.

– Moderación: Capacidad de perdonar, misericordia, modestia y humildad, prudencia, discreción, autocontrol y autorregulación.

– Trascendencia: Apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro, gratitud, esperanza, optimismo y proyección hacia el futuro, sentido del humor, espiritualidad, fe y sentido religioso.

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