miércoles, 27 de junio de 2012

LA IMPORTANCIA EN NUESTROS TIEMPOS DEL MENSAJE DE LA DIVINA MISERICORDIA



En el Magnificat, la Virgen Stma nos dijo: “su misericordia llega de generación en generación” (Luc 1, 50). Cada era, cada generación debe responder a Dios, a su acción salvífica, acoger la redención, batallar los males de su tiempo, responder a las necesidades de su momento histórico. A los hombres de cada generación les corresponde saber leer los signos de los tiempos, descubrir la voz y acción de Dios y responder con obediencia a lo que El revela para atraer Su misericordia a esa generación. Toda esta acción salvífica va manifestándose en cada generación y cada momento de la historia, hasta que llegue el momento definitivo de la segunda venida de Cristo, que vendrá a juzgar a vivos y muertos, a los hombres y mujeres de todas las generaciones, vendrá a juzgar al hombre y su participación en la historia.

Desde la Resurrección del Señor estamos en este tiempo de misericordia y cada día que pasa nos acercamos mas a la justicia Divina. Nos dice el apóstol San Pablo en 1 Tes5, “En lo que se refiere al tiempo y al momento hermanos, no tenéis necesidad de que os escriba. Vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche.” Y por el gran amor que Dios nos tiene, ya que Él es el amor (cf. 1 Jn 4, 8), rico en misericordia (cf. Ef 2,4) y lento a la cólera (cf. Ne 9, 17), Él nos advierte y nos da este tiempo de preparación, nos da este tiempo de misericordia. El tiempo en cual Dios nos llama a la conversión y en cual nosotros también debemos ejercernos en la misericordia hacia los demás. Vemos en la Sagrada Escritura como los hombres, en el juicio final, serán juzgados según sus obras de misericordia, “tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis...” (Mt 25, 35).

Esta es la urgencia con cual el Señor se le revela a Santa María Faustina religiosa polaca de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia: “Hija Mía, habla al mundo entero de Mi insondable Misericordia”. “Antes de venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de Misericordia”.

La devoción a la Divina Misericordia es un llamado de Dios a los hombres que regresen a Él, que confíen en Él. Esta devoción, no es nueva, en realidad fue conocida desde los tiempos de Cristo. “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!” (Mt 18, 38). Vemos como el ciego confiaba en que el Señor lo podía sanar y le gritaba que tenga misericordia sobre él. Reconoce su ceguera y confía en Cristo el único que lo puede sanar. El mensaje de la misericordia es para todos los hombres, es también un mensaje para nuestros tiempos. El Santo Padre, Juan Pablo II dijo en la Canonización de Sta. Faustina: “no es un mensaje nuevo, pero se puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.

II. DEFINICIÓN DE LA MISERICORDIA DE DIOSLa misericordia de Dios se puede describir como la respuesta de Dios que viene en auxilio de sus criaturas débiles . Ninguna criatura es merecedora de la misericordia de Dios, sino es una gracia que Dios concede gratuitamente a sus hijos, por su inmenso amor.
El pecado es la miseria mayor del hombre y la creación. Nuestra miseria es el pecado y por eso el hombre al ser pecador, es también considerado como miserable. Pero hay una distinción muy importante entre la miseria y el que es miserable, y es, que Dios aborrece al pecado pero ama al pecador, ama al hombre miserable y débil. Este amor con cual Dios ama al hombre se define como Misericordia. La misericordia no es precisamente compasión o perdón, estos son más bien los efectos de la misericordia. En la lengua hebrea significa “rahamin” y se define como “un sentimiento que nace del seno maternal o de las entrañas del corazón de un padre”. Is 49

La misericordia de Dios es un atributo de Dios que solo existe para sus criaturas. Es decir para Dios poder ejercer misericordia debe existir miseria. Como explica San Francisco de Sales, “Aunque Dios no hubiese creado al hombre Él siempre fuese la caridad perfecta, pero en realidad no sería misericordioso, pues la misericordia se puede ejercitar solamente sobre la miseria... Nuestra miseria es el trono de la misericordia de Dios”. Dice el Santo Cura de Ars: “La misericordia de Dios es como un torrente desbordado que arrastra los corazones a su paso.” No lo merece nadie sin embargo es accesible a todos.


LA MISERICORDIA DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURASLa Misericordia Divina se nos es revelada desde el primer libro de la Sagrada Escritura, el libro del Génesis, el hombre torna contra Dios y su voluntad y el Señor le da la oportunidad de enmendar su culpa y de volverse de todo corazón a Él. Vemos también que al mismo tiempo el demonio trata de engañar al hombre suscitando en él el terror del castigo y venganza de Dios.
Dios creó todo en perfecta armonía y orden, que no conocía el mal. El hombre fue creado para amar conocer, obedecer y servir a Dios y gozar en el orden de Dios de todo lo creado. Pronto, por la caída de nuestros padres en las trampas de la serpiente se rompe la relación de amor con Dios y el orden de la creación. Al desobedecer el mandato de Dios y después de cometer el pecado tienen miedo. “Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: ‘¿Dónde estás?’ Este contesto: ‘Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, por eso me escondí”(Gn 3, 9-10). Cuando el hombre comete un pecado, el demonio inyecta enseguida en él el terror del castigo de Dios para que tenga miedo de encontrarse con Él y así no confesar sus pecados y no recibir la misericordia y el perdón de Dios en su vida, limpiándolo del mal que ha cometido. “Cuando un alma exalta mi bondad, entonces Satanás tiembla y huye al fondo mismo del infierno”. (D.378)
El demonio hace ver a Dios como un juez justo y terrible que no perdona las ofensas. En realidad, es todo lo opuesto, Dios es “rico en misericordia” con su creación. El Señor usa hasta lo que es malo para traer un bien mayor.

“El significado verdadero y propio de la misericordia en el mundo no consiste únicamente en la mirada, aunque sea la más penetrante y compasiva, dirigida al mal moral, físico o material: la misericordia se manifiesta en su aspecto verdadero y propio, cuando revalida, promueve y extrae el bien de todas las formas de mal existentes en el mundo y en el hombre. Así entendida, constituye el contenido fundamental del mensaje mesiánico de Cristo y la fuerza constitutiva de su misión. Así entendían también y practicaban la misericordia sus discípulos y seguidores. Ella no cesó nunca de revelarse en sus corazones y en sus acciones, como una prueba singularmente creadora del amor que no se deja «vencer por el mal», sino que «vence con el bien al mal» (DM, JPII)

Dios no es vengativo. El pecado hace a la persona miserable y Dios usa esta oportunidad para revelarle al hombre su infinito amor por él, su infinita misericordia. Es decir por el pecado, el hombre puede conocer la Misericordia Divina. El vence el mal con el bien. SS Juan Pablo II, en su encíclica Dives en Misericordia nos dice que “en el cumplimiento escatológico, la misericordia se revelará como amor, mientras que en la temporalidad, en la historia del hombre -que es a la vez historia de pecado y de muerte- el amor debe revelarse ante todo como misericordia y actuarse en cuanto tal”. En las Sagradas Escrituras vemos claramente la manifestación de la Divina Misericordia en el libro del profeta Oseas, Dios mismo nos dice: ¿Cómo voy a dejarte, Efraím, cómo entregarte, Israel? Mi corazón esta en mi trastornado, y a la vez se estremecen mis entrañas. No daré curso al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque soy Dios, no hombre, en medio de ti yo soy el Santo, y no vendré con ira (Os 11, 8-9).

Claramente vemos como Dios, teniendo toda la razón de estar enojado con el hombre, no tiene el corazón duro del hombre, que busca sacar su ira contra su adversario, sino Él es Dios, no hombre y no dejará que la ira se sobreponga a Su amor.

En el libro del profeta Jeremías también el Señor se dirige a Israel y le dice: “Vuelve, Israel apóstata..., no estará airado mi semblante contra vosotros porque piadoso soy, Oráculo de Yahveh, no guardo rencor para siempre. Tan solo reconoce tu culpa, pues contra Yahveh tu Dios te rebelaste” (Jr 3,12-13). Dios nos dice que Él es piadoso con su pueblo. Él es piadoso y perdona los pecados de sus hijos que se arrepienten del mal que hayan hecho.

El Profeta David entendía muy bien el amor misericordioso de Dios y también conocía el hombre y su deseo de venganza. Cuando David cometió una falta contra Dios, Dios se desagradó con él y le mandó al profeta Gad para que le dijera a David sobre Su enojo y el castigo que debía suceder. David pudo escoger entre tres castigos: tres años de hambre, tres meses de derrotas ante sus enemigos, o tres días en cual la peste y la espada de Yahveh andarán por la tierra. David respondió, “estoy en gran angustia. Pero, caiga yo en mano de Yahveh, que es grande su misericordia, y no caiga en manos de los hombres” (1 Cr 21,13).

En los Salmos hay constantes referencias a la Misericordia de Dios, sin embargo, el Profeta Jonás resumió muy bien lo que significa, cuando después de estar irritado porque Dios había perdonado el pueblo de Nínive, porque creyeron en Él y se convirtieron, dijo, “Ah, Yahveh, ¿No es esto lo que yo decía cuando estaba todavía en mi tierra? Fue por eso por lo que me apresuré a huir a Tarsis. Porque bien sabía yo que tú eres un Dios clemente y misericordioso, tardo a la cólera y rico en amor, que se arrepiente del mal” (Jon 4, 2).

Todo el libro del profeta Jonás nos prepara para “la revelación evangélica de Dios Amor”, el acto mas grande de Misericordia que Dios ha hecho por el hombre: “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. (Jn1) El Verbo encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: ‘En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él... él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.’(1 Jn 4, 9-10) Para salvarnos, liberarnos del demonio, del pecado, del mundo y la carne, el Padre envía a su Hijo, para que con sus palabras, sus obras, y su pasión, muerte y resurrección nos redimiera, nos comprara con su Sangre y nos devolviera al Reino de Dios. “En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerzas...Cristo murió por los impíos...mas la prueba de que Dios nos amó es que Cristo, siendo todavía nosotros pecadores, murió por nosotros” (Rm 5, 5-8). Esa misericordia continúa derramándose a través de los Sacramentos y de la Iglesia: especialmente en la confesión y en la Eucaristía. Vino a deshacer el mal con el bien, a transformar nuestro pecado en gracia, a transformar el sufrimiento en medio de santificación, etc........Vencer el mal con el bien. “Pasó haciendo el bien”.

Podríamos profundizar tanto en que consiste la inmensa misericordia de Dios, pero quisiera ahora reflexionar sobre como en estos tiempos ha sido tan evidente el mensaje de la Divina Misericordia y la importancia de acogerlo.

¿COMO SE HA MANIFESTADO ESA MISERICORDIA DE DIOS EN EL MUNDO MODERNO?El mensaje de Misericordia tiene una urgencia especial para nuestros tiempos. Dios quiere hablar a nuestra generación, desea que escuchemos y respondamos a su palabra. En esta generación tan marcada por la cultura de la muerte, por la crisis de fe, esperanza y caridad, por las guerras mundiales, las bombas atómicas, por el terrorismo, la autonomía y rebeldía contra Dios, de hombre querer ser como Dios, en era de violencia y destrucción familiar, de aborto, drogas, pobreza, desastres naturales, inmoralidades sexuales y de todo tipo, y de gran crisis en la Iglesia: Solo podemos exclamar: Ten Misericordia Señor, de nosotros y del mundo entero! (Cuando vemos las noticias: yo solo exclamo dos palabras: Misericordia y Ven pronto Señor)

En uno de los períodos más oscuros del siglo XX (entre la primera y la segunda guerra mundial), El Señor eligió a Sta María Faustina, religiosa polaca de la orden de Ntra. Señora de la Misericordia para que fuese como le dijo el 2 de febrero de 1938 el Señor: “Tú eres la secretaria de Mi misericordia; te he escogido para este cargo en ésta y en la vida futura.”

En la condición del mundo actual, en uno de los siglos de mayor oscuridad en el mundo y la Iglesia, el Señor ha querido recordarnos de su infinita misericordia, que se hace mas accesible a la medida en que mas la necesitamos.
“La miseria humana no es un obstáculo para Mi misericordia. Hija mía, escribe que cuanto más grande es la miseria de las almas tanto más grande es el derecho que tiene a Mi Misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi Misericordia”. (D. 1182)

Santa Faustina juega un papel importantísimo e integral en este mensaje de misericordia porque Dios ha querido elegirla como su instrumento. Dios eligió su trompeta para anunciar su mensaje, no lo hizo con rayos ni truenos, sino con su secretaria y apóstol de misericordia. El signo de la importancia que el mensaje de la DM tiene para el mundo contemporáneo está claramente revelado: Su Canonización en el año Jubilar, año de gracia y misericordia, año que abriría las puertas del Corazón Misericordioso de Cristo para la humanidad. La primera santa del Tercer Milenio. El Santo Padre quiso dirigir la mirada del siglo que terminaba y del que comenzaba hacia la Misericordia de Dios. “¿Qué nos depararán los próximos años? ¿Cómo será el futuro del hombre en la tierra? No podemos saberlo. Sin embargo, es cierto que, además de los nuevos progresos, no faltarán, por desgracia, experiencias dolorosas. Pero la luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres del tercer milenio.” “La canonización de sor Faustina tiene una elocuencia particular: con este acto quiero transmitir hoy este mensaje al nuevo milenio”.(Homilía de Canonización, JPII)
En uno de los siglos más oscuros, de mas pecado, de mayor rechazo al amor y la ley de Dios y en consecuencia, de mayor egoísmo y falta de caridad, Jesús se revela en la imagen de la DM con sus llagas, igual que en el Cenáculo se reveló a los Apóstoles temerosos ante la persecución, el miedo, el rechazo, tambaleantes en su fe, etc.. “Si no creéis en mis palabras, creed al menos en mis llagas” (D. 379) Se revela con las marcas de la Pasión, acto de la gran misericordia de Dios, pero resucitado, triunfante sobre el mal. El amor es mas fuerte que la muerte, el bien es mas fuerte que el mal. Y les dice: “La paz sea con vosotros”. Antes de pronunciar estas palabras, Jesús muestra sus manos y su costado, es decir, señala las heridas de la Pasión, sobre todo la herida de su Corazón, fuente de la que brota la gran ola de misericordia que se derrama sobre la humanidad. “De todas Mis llagas, como de arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la herida de Mi Corazón es la fuente de la Misericordia sin límites, de esta fuente brotan todas las gracias para las almas. Me queman las llamas de compasión, deseo derramarlas sobre las almas de los hombres.” (D. 1190) De ese corazón Santa Faustina, vió salir dos rayos de luz que iluminan el mundo: "Estos dos rayos -le explicó un día Jesús mismo- representan la sangre y el agua. ¡Sangre y agua! Lo que nos describe el evangelista san Juan, quien, cuando un soldado traspasó con su lanza el costado de Cristo en el Calvario, vio salir "sangre y agua" (Jn 19, 34). La misericordia divina llega a los hombres a través del corazón traspasado de Cristo : "Hija mía, di que soy el Amor y la Misericordia en persona", pedirá Jesús a sor Faustina (Diario, p. 374). Cristo derrama esta misericordia sobre la humanidad mediante el envío del Espíritu que, en la Trinidad, es la Persona-Amor. Y ¿acaso no es la misericordia un "segundo nombre" del amor (cf. Dives in misericordia, 7), entendido en su aspecto más profundo y tierno, en su actitud de aliviar cualquier necesidad, sobre todo en su inmensa capacidad de perdón? “Mi Corazón se alegra de este título de Misericordia”. (D. 300)

¿La humanidad de hoy, todos, no necesitamos tanto pedir y recibir el perdón de Dios? Si y mucho: “Mira y ve el género humano en el estado actual” (D. 445), pero con plena confianza que la Misericordia de Dios es infinita: “Deseo que se proclame esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. Me queman las llamas de la misericordia, que deseo derramarlas sobre la humanidad”. (D. 50)
“Deseo que el mundo entero conozca mi Misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi Misericordia”. (D. 687)
“invita a las almas a una gran confianza en mi Misericordia insondable. Que no tema acercarse a Mí el alma débil, pecadora y aunque tuviera más pecados que granos de arena hay en la tierra, todo se hundirá en el abismo de Mi Misericordia” (D. 1059)
La paz está en peligro ha dicho tantas veces el Santo Padre. La paz es un anuncio de Misericordia Divina. No fue acaso entre las dos guerras mundiales, que Jesús vino a ofrecer su Misericordia, el único medio de alcanzar la paz, personal, familiar, social y mundial. Jesús dijo a Sta. Faustina: (D. 300) "La humanidad no encontrará ni paz ni tranquilidad hasta que no se vuelva con confianza a Mi Divina Misericordia".

CINCO FORMAS DE PROPAGAR SU MISERICORDIA: 5 LLAGAS.Cinco formas que el Señor le reveló a Santa María Faustina para llevar acabo su misión de misericordia: la imagen de la misericordia, la fiesta de la misericordia, la coronilla y la novena, la hora de la misericordia, y llevar la Misericordia de Dios a los demás.

La imagen de Jesús MisericordiosoEl 22 de febrero de 1931, santa Faustina recibió la primera revelación de la Misericordia de Dios, ella lo anota así en su diario: "En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Yo me quedé en silencio contemplando al Señor. Mi alma estaba llena de miedo pero también rebosante de felicidad. Después de un rato, Jesús me dijo: Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción : "¡Jesús, yo confío en Ti!." Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria. 
Por orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los rayos que aparecen en la imagen emanando del corazón y el Señor le respondió:

"Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizado fue abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí". Yo le ofrezco a todos un instrumento por el cual podrán recibir gracias de la fuente de misericordia. Este instrumento es la imagen con la inscripción; “Jesús, en ti confió.”

Fiesta de la DM: se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. “Deseo que esta fiesta sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias..” El 30 de abril del año 2000, durante la canonización de Sta. María Faustina, SS Juan Pablo II proclamó oficialmente que el segundo domingo de Pascua sera la fiesta de la Divina Misericordia Dijo en esa ocasión, “En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros.”

La coronilla y la novena: 
“A las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias.” (D. 737)

El 13 de sept. 1935: tiene una visión de un ángel que va a ejecutar la justicia de Dios, sus oraciones no aplacan esta justicia. Se le es revelada la oración de la coronilla. “Padre eterno te ofrezco...... por su dolorosa pasión”

Diario 848: “Oh, que gracias más grandes concederé a las almas que recen esta coronilla; las entrañas de mi Misericordia se enternecen por quienes rezan esta coronilla. Anota estas palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de estos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos.”

Novena con la coronilla: Sor Faustina escribió en su Diario: reza la coronilla durante los nueve días que preceden a la Fiesta de la Misericordia, comenzando el día de Viernes Santo. Entonces, me dijo: Por esta novena concederé todas las gracias posibles a las almas (D. 11, 197).
Palabras de Nuestro Señor que Sor Faustina tomó por escrito: Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre... Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión.
Yo (Sor Faustina) contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas traer al abrigo de Tu Compasivo Corazón. Jesús contestó que El me haría saber qué almas encaminar hasta su corazón cada día. (Diario HI, pp. 57-65)

La hora de la Gran MisericordiaEl 10 de octubre de 1937, Sor Faustina recibió instrucciones del Señor concerniente a otro elemento principal de la devoción a la Divina Misericordia; esto es, La Hora de Gran Misericordia:
“A las tres de la tarde en punto, implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y, aunque sea por un breve momento, sumérgete en Mi pasión, particularmente en Mi abandono al momento de la agonía. Esta es la hora de la gran misericordia para todo el mundo. Yo te permitiré entrar en Mi dolor mortal. En esta hora, Yo no rehusaré nada al alma que Me pida algo en virtud de Mi pasión”.
Jesús desea que a las tres de la tarde los hombres se sumerjan en su Divina Misericordia, es la hora en que la misericordia triunfó sobre la justicia. Fue la hora de gracia para el mundo entero, la hora en que el Señor se entregó por nuestros pecados y nos dió la salvación. El Señor pide que en esa hora veneremos su misericordia y que confiemos totalmente en Él, pidiendole todo lo que necesitemos y le dijo a Santa Faustina, “Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro de que pidan mucho, porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste, en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus corazones.” (D. 1578)

Dar la misericordia que hemos recibido: “Hija mía, contempla Mi Corazón Misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi Misericordia, seas inflamada por ella.” (D. 1688)

Durante el retiro de octubre de 1936 se le dio a Sor Faustina, indicaciones explícitas sobre lo que constituye la verdadera devoción de la Divina Misericordia:

“Hija mía si es que Yo reclamo a la gente, a través tuyo la devoción de Mi misericordia, debes ser tú la primera en distinguirte en esta confianza en Mi misericordia. Yo exijo de ti actos de misericordia, que deben realizarse por amor a Mí. Tú debes mostrar misericordia a tu prójimo siempre y en todas partes. No debes acobardarte ante esto o tratar de excusarte o de dispensarte de esto. Te estoy dando tres medios de ejercitar misericordia con tu prójimo: el primero por obra, el segundo de palabra, y el tercero por la oración. En estos tres grados está contenida la totalidad de la misericordia y es una prueba de tu amor por Mí. Por estos medios un alma glorifica y da tributo a Mi misericordia.” (D. 742)El corazón de Santa Faustina ardió de tanto amor y misericordia por las almas, que el 25 de octubre de 1936, la Hermana escribió en su diario, “Yo lucharé contra el mal, con el arma de la misericordia. Me quema el deseo de salvar almas. Me cruzaría todo el largo y el ancho de la tierra y llegaría hasta el último confín, para salvar almas por medio de la oración y sacrificio, deseo que todas las almas glorifiquen la misericordia de Dios”.

“Hija mía deseo que tu corazón sea formado a semejanza de Mi Corazón Misericordioso. Debes ser impregnada completamente de mi Misericordia” (167) Un pequeño acto de misericordia es un acto perpetuo.

JESÚS EN TI CONFÍO
“Confíen en Mi”, ese es el grito del Señor a través de la boca de su sierva Santa María Faustina. Si se pudiera resumir la devoción a la Divina Misericordia en una palabra, sería “confianza”. Pues la confianza es la primera respuesta al conocimiento de su infinita misericordia. “Hija Mía, escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi misericordia, porque deseo salvarlas a todas. En la cruz, la Fuente de Mi misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna.” (D. 1182)

SS Juan Pablo II. (proclamar la misericordia, Mi misión especial desde el primer día de mi pontificado)
¡Es realmente maravilloso el modo en que su devoción a Jesús Misericordioso se abre camino en el mundo contemporáneo y conquista tantos corazones humanos! Este es sin duda un signo de nuestro siglo XX. El balance de este siglo que termina , presenta además de las conquistas, que a menudo han superado las de épocas precedentes, también una profunda inquietud y miedo acerca del provenir. ¿Dónde, por lo tanto, sino en la Divina Misericordia, el mundo puede encontrar el refugio y la luz de la esperanza? (Sobre S. Faustina en 1993)

En su visita al Santuario de la Divina Misericordia en 1997, el Santo Padre dijo: La Iglesia relee el mensaje de la Misericordia, para llevar con más eficacia a la generación de este fin de milenio y a las futuras, la luz de la esperanza. Sin nunca cesar, pide a Dios misericordia por todos los hombres “en ningún momento y en ningún período histórico -especialmente en una época tan crítica como la nuestra- la Iglesia puede olvidar la oración, que es el grito a la misericordia de Dios, ante las múltiples formas de mal que pesan sobre la humanidad y la amenazan... Cuanto más la conciencia humana, sucumbiendo a la secularización, pierde el sentido del significado mismo de la palabra “misericordia”, cuanto alejándose más de Dios, se distancia del misterio de la misericordia, tanto más la Iglesia tiene el derecho y el deber de apelar al Dios de la misericordia “con fuerte gritos”. Vengo aquí, para confiar todas las preocupaciones de la Iglesia y de la humanidad a Cristo misericordioso. En los umbrales del tercer milenio, vengo , para confiarle una vez más mi ministerio petrino - “Jesús, ¡confío en Ti!”
LA MISERICORDIA DIVINA Y LA STA. VIRGEN El don de la misericordia divina a nuestra generación es una gracia concedida por la intercesión y mediación materna de la Virgen. Polonia: elegida para dar la chispa de misericordia. “He amado a Polonia de modo especial y si obedece Mi voluntad, la enalteceré en poder y en santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el mundo para Mi última venida”. (D. 1732)
Papa, Sta. Faustina y S. Maximiliano: los Apóstoles de misericordia, formados por la Virgen de Chestojova en Jasnagora, que significa montaña luminosa. “saldrá la chispa”.
Fátima: pide orar y hacer sacrificios por los pecadores (acto de gran misericordia)
En la misma época de las revelaciones de Santa Faustina, visión de la Trinidad a S. Lucía: de las llagas fluyen las palabras gracia y misericordia.
“Le doy a la humanidad la última tabla de salvación, es decir, el refugio en Mi Misericordia”(D.998)

Como siempre sucede en la historia de la salvación, la última palabra en el contraste entre Dios y el pueblo pecador no es nunca el juicio y el castigo, sino el amor y el perdón. Dios no desea juzgar y condenar, sino salvar y liberar a la humanidad del mal. Sigue repitiéndonos las palabras que leemos en el libro del profeta Ezequiel: «« ¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado y no más bien en que se convierta de su conducta y viva?... ¿¿Por qué queréis morir, casa de Israel? Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, palabra del Señor. Convertíos y viviréis»» (Ezequiel 18, 23,31-32).


Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

martes, 26 de junio de 2012

ORACIONES A LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO


ORACIÓN I
¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza habéis querido llamaros Madre del Perpetuo Socorro! Yo os suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar; en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. Concédeme, ¡oh amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a Vos; porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocaros, Vos seréis fiel en socorrerme. Alcanzadme, pues, la gracia de acudir a Vos sin cesar con la confianza de un hijo, a fin de que obtenga vuestro perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendecidme y rogad por mí ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Rogad a Jesús por mí, y salvadme.
 
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ORACIÓN II
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro!, en cuyos brazos el mismo Niño Jesús parece buscar seguro refugio; ya que ese mismo Dios hecho Hijo tuyo como tierna Madre lo estrechas contra tu pecho y sujetas sus manos con tu diestra, no permitas, Señora, que ese mismo Jesús ofendido por nuestras culpas, descargue sobre el mundo el brazo de su irritada justicia; sé tú nuestra poderosa Medianera y Abogada, y detenga tu maternal socorro los castigos que hemos merecido. En especial, Madre mía, concédeme la gracia que te pido.

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ORACIÓN III
Santísima y siempre pura Virgen María, Madre de Jesucristo, Reina del mundo y Señora de todo lo creado; que a ninguno abandonas, a ninguno desprecias ni dejas desconsolado a quien recurre a Ti con corazón humilde y puro. No me deseches por mis gravísimos e innumerables pecados, no me abandones por mis muchas iniquidades, ni por la dureza e inmundicia de mi corazón me prives de tu gracia y de tu amor, pues soy tu hijo. Escucha a este pecador que confía en tu misericordia y piedad: socórreme, piadosísima Madre del Perpetuo Socorro, de tu querido Hijo, omnipotente Dios y Señor nuestro Jesucristo, la indulgencia y la remisión de todos mis pecados y la gracia de tu amor y temor, la salud y la castidad y el verme libre de todos los peligros de alma y cuerpo. En los últimos momentos de mi vida, sé mi piadosa auxiliadora y libra mi alma de las eternas penas y de todo mal, así como las almas de mis padres, familiares, amigos y bienhechores, y las de todos los fieles vivos y difuntos, con el auxilio de Aquel que por espacio de nueve meses llevaste en tu purísimo seno y con tus manos reclinaste en el pesebre, tu Hijo y Señor nuestro Jesucristo, que es bendito por los siglos de los siglos. Amén.

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ORACIÓN IV
Oh Madre del Perpetuo Socorro, concédeme la gracia de que pueda siempre invocar tu bellísimo nombre ya que él es el Socorro del que vive y Esperanza del que muere. Ah María dulcísima, María de los pequeños y olvidados, haz que tu nombre sea de hoy en adelante el aliento de mi vida. Cada vez que te llame, Madre mía, apresúrate a socorrerme, pues, en todas mi tentaciones, y en todas mis necesidades propongo no dejar de invocarte diciendo y repitiendo: María, María, Madre Mía.
Oh qué consuelo, qué dulzura, qué confianza, qué ternura siente todo mi ser con sólo repetir tu nombre y pensar en ti, Madre Mía. Bendigo y doy gracias a Dios que te ha dado para bien nuestro ese nombre tan dulce, tan amable y bello. Mas no me contento con pronunciar tu bendito nombre, quiero pronunciarlo con amor, quiero que el amor me recuerde que siempre debo acudir a ti, Madre del Perpetuo Socorro.
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen Santísima, socorro perpetuo de las almas que se acogen a vuestro amor maternal: dignaos pedir por mi a vuestro santísimo Hijo y Señor nuestro Jesucristo, para que le sean agradables todos mis pensamientos, palabras y acciones de este día y toda mi vida.
Aceptad, ¡Oh tierna madre mía! el corto obsequio que os ofrezco en esta Novena, y alcanzadme el favor que en ella os pido, si conviene para mayor gloria suya, honra vuestra y bien de mi alma. Amén.
 

Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
DÍAS
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9

DÍA PRIMERO

Jesucristo quiere que en nuestros trabajos
acudamos a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
 Levanta la vista ¡oh cristiano! y contempla a la Virgen del Perpetuo Socorro. Mira al Niño Jesús, que con sus manecitas temblorosas toma y estrecha la mano de su tierna Madre. ¿Que ha sucedido? Que dos ángeles le presentan los instrumentos de su futura Pasión, y que al verlos el adorable infante se llena de espanto, y busca en su dulce Madre protección y amparo. Con lo cual quiere decirte que, a imitación suya, debes tu también buscar siempre en María el socorro perpetuo en medio de las aflicciones de la vida presente. (Medítese y pídase con 9 Avemarías la gracia que se quiera alcanzar en esta Novena.)
Oración. ¡Oh Salvador mío, Jesucristo! Al contemplaros en brazos de vuestra Madre, veo que en medio de vuestro santo temor os estrecháis con Ella y me decís a mi que os imite, recurriendo yo también a la que es mi perpetuo socorro. Quiero, pues, entregar-me a Ella sin restricción alguna. ¡Oh María! Dios ha querido honraros, comunicando al culto de vuestras imágenes virtud milagrosa. Inspiradme ¡oh Madre del Perpetuo Socorro! confianza ilimitada en vuestra poderosa bondad.
Practica. Hacer esta Novena con fervor.
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DÍA SEGUNDO

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
quiere que acudamos a Ella en todas nuestras necesidades.
Vemos que la Virgen Santísima del Perpetuo Socorro, cuando el Niño Jesús estrecha su mano, en vez de volver sus miradas a Él las vuelve a nosotros. Sin duda quiere así mostrarnos su ardiente deseo de que acudamos a Ella. Con esta tierna y amorosa mirada nos esta, pues diciendo a todos: Yo soy Madre de Dios, pero también soy Madre vuestra. ¿Que mayor deseo puede tener una madre que el de ayudar y so-correr a sus hijos? Venid, pues, hijos míos, a mi. Acudid a mi en todas vuestras necesidades y miserias; en vuestras penas, en vuestros desfallecimientos, en vuestras dudas; y si alguna vez llegareis, por desgracia, a caer, después de vuestra caída venid: yo soy la Madre del Perpetuo Socorro; yo os consolare, yo os confirmare, os defenderé, y os conduciré a la Patria bienaventurada del cielo. (Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Oración. ¡Oh dulce Madre mía! Si en Vos no viese yo mi perpetuo socorro, mis pecados me inducirían a temer que no había misericordia para mi. Pero Vos sois la misericordia perpetua: después de Dios en Vos quiero poner toda mi confianza, y desde ahora, me propongo acudir siempre a Vos en todas mis necesidades. ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro. Dignaos socorrerme en todo tiempo y en todo lugar, en mis tentaciones y dificultades, en todas las miserias de esta vida, y sobre todo en la hora de la muerte.
Practica. Invocar con frecuencia a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro durante la Novena.
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DÍA TERCERO

Venerar a nuestra Señora del Perpetuo Socorro
es medio seguro para conseguir todos los tesoros del cielo.
 Consideremos cada una de las palabras de esta advocación: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. María es Señora es decir, Madre de Dios, Reina poderosa del cielo y de la tierra. María es nuestra: nuestra, por ser Madre del Redentor de los hombres, Abogada de los peca-dores, Madre de misericordia y Corredentora; y nuestra, sobre todo, por su maravillosa ternura de Madre. Maria es nuestro socorro, porque con el nos libra de la mayor de las desgracias de esta vida, o sea del pecado María vela por nosotros, quita las ocasiones y disminuye la vehemencia de las tentaciones; María conserva en sus hijos, la gracia santificante y el amor de Dios, y les consigue la perseverancia; María suaviza nuestras penas temporales y espirituales.
Por ultimo, es María nuestro socorro perpetuo, porque nos socorre a todas horas y en todos los instantes. Es nuestro socorro en el momento oportuno, en el formidable trance de la muerte y en medio de las llamas del Purgatorio. (Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Oración. ¡Oh Señora Nuestra, Madre del Perpetuo Socorro! ¡Cuantos tesoros de gracias y bendiciones proporcionáis a los individuos y a las familias que a Vos se consagran ¡Oh Madre mía! Dignaos recibirnos a todos como a hijos vuestros y derramar sobre todas las familias de los que estamos aquí vuestros insignes favores.
Practica. Introducir cada vez mas en la respectiva familia la costumbre de recurrir familiar y continuamente a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
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DÍA CUARTO

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
ayuda a sus devotos a salir del pecado.
 Uno de los principales oficios en que ejercita su so-licitud Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es el de sacar a las almas del pecado. A la manera como una madre llora y gime sobre el cadáver de su hijo, a quien desearía poder resucitar, María siente ardentísimos deseos de que vuelvan los pecadores a la vida de la gracia. Su grande ocupación consiste en interceder por ellos sin cesar; y Ella se gloria en ser su infatigable Abogada y en alcanzarles la gracia de la verdadera conversión, con tal que tengan a lo menos el deseo sincero de salir del pecado y que acudan a Ella pidiéndole la fuerza necesaria para romper las cadenas con que los tiene esclavizados la culpa. (Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Oración. ¡Oh misericordiosa Abogada y refugio de los pecadores ¡Mucho he ofendido a Dios. En vuestras manos pongo mi salvación eterna. ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Haced que no vuelva ya a tener la inmensa desgracia de corresponder con vil ingratitud a vuestros continuos favores. Alcanzadme de vuestro Hijo la gracia de una conversión sincera, para que en adelante le ame con todo mi corazón.
Practica. Rogar a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que nos veamos libres de todo pecado y que no reincidamos en nuestras culpas.
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DÍA QUINTO

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
defiende a sus devotos en las tentaciones.
 La vida del cristiano sobre la tierra es una lucha constante. Rodeados estamos de enemigos por doquiera; de enemigos de todas clases, que se conjuran contra nosotros, maquinando nuestra perdición y ruina; ¿quien nos defenderá en medio de tantos peligros? La que continua-mente vela por sus hijos: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que por si sola es mas terrible que un ejercito puesto en orden de batalla; la que es torre de David, fortaleza inexpugnable, de la cual penden mil escudos, armadura de los fuertes, y al mismo tiempo Madre nuestra; Madre tan tierna y amo-rosa, que mas desea Ella concedernos su so-corro, que nosotros alcanzarlo.(Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Oración. ¡Oh María! Si he tenido la des-gracia de pecar, yo mismo he sido el autor de esta desgracia. ¡Ah! Si yo os hubiera invocado, Vos hubierais acudido en mi socorro y yo no hubiera caído. Haced, Madre mía, que en la hora del peligro me acuerde de Vos y os invoque diciendo: ¡Madre mía, socorredme! Así saldré con la victoria.
Practica. Recurrir a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en cuanto asome la tentación.
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DÍA SEXTO

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
asiste a sus devotos en todas las necesidades y trabajos de la vida.

 

 Nuestra naturaleza tiene horror a las contradicciones y trabajos de esta vida los cuales son, empero, favores señalados que Dios hace a las almas que le aman. La verdadera sabiduría consiste en descubrir los tesoros inestimables de méritos que se hallan encerrados en las humillaciones y en los trabajos. ¿Quién, pues, nos dará a conocer este tesoro? María Santísima, la Reina de los mártires. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que pasó toda su vida entre penas y dolores, nos enseñará, con su ejemplo, que en esta valle de lagrimas la cruz es la herencia de los elegidos y nos hará mas llevaderos los trabajos de este penoso destierro. (Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Oración. ¡Oh María, Madre y Señora nuestra del Perpetuo Socorro! ¿Cómo quejarme de mis trabajos, cuando considero vuestros acerbos dolores? Vos sois verdadera Madre de Dios, y vuestra vida fue vida de dolor y sufrimiento: quiero, pues, aceptar con resignación, a lo menos, todas las penas que Dios me envíe. Alcanzadme, Madre mía, la gracia de no quejarme nunca en mis trabajos.
Practica. Recurrir en todas mis penas a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
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DÍA SÉPTIMO

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
ampara a sus devotos en la hora de la muerte.
 El instante solemne en que morimos decide de nuestra suerte feliz o desgraciada por toda una eternidad. Esa es la hora en que el demonio despliega toda su astucia y todas sus fuerzas para ver de ganar una nueva alma. Pero no desmayemos: tengamos con-fianza, porque esa también es la hora de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. No en balde dice tan a menudo todo fiel cristiano: Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Allí estará, pues, a nuestro lado, a la hora de la muerte, para que podamos pasar felizmente del tiempo a la eternidad. (Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Oración. ¡Oh María! cuando pienso en las angustias de mi última hora tiemblo y me siento lleno de confusión. No me abandonéis, Madre mía, en tan críticos momentos: con-cededme la gracia de que os invoque entonces con mas fervor que nunca, a fin de expirar con vuestro dulcísimo nombre y el de vuestro Santísimo Hijo en los labios.
Practica. Encomendar cada uno su muerte a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
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DÍA OCTAVO

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
auxilia a sus devotos en el Purgatorio.
 Muy dignas son de compasión las almas del Purgatorio, porque padecen tormentos atroces y no pueden ayudarse a si mismas; pero María las socorre con la mas tierna misericordia. La Santísima Virgen alivia a aquellas almas tan queridas, rogando por ellas, y a veces hasta desciende a aquel lugar de tormentos para consolar y confortar a sus fieles siervos; mas aun: su poderosa y maternal intercesión se emplea en abreviar el tiempo de sus penas y en librarlas de aquel fuego purificador. (Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Oración. Oh María! ¡Cuantos pecados he cometido en todo el curso de mi vida, y cuan escasa ha sido mi penitencia! ¡Oh cuan largo y cuan terrible habrá de ser para mi el Purgatorio, si Vos no me otorgáis vuestro auxilio! En Vos pongo toda mi confianza. ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro! postrado a vuestros pies os suplico me obtengáis la gracia de no caer ni aun en las mas leves faltas, y la de expiar todos mis pecados en esta vida. Espero que no me negareis esta merced.
Practica. Rogar a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro por las almas del Purgatorio.
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DÍA NOVENO

Consagrarse a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y servirla
con fidelidad es hacer cierta la perseverancia.
 En este día consagrémonos a María; y para esto hagamos por Ella lo que Ella hace por nosotros. María nos ama; pues amémosla nosotros. ¡Que honra la nuestra amar a la Madre de Dios! Amémosla, entregándonos a Ella con entera confianza, por ser nuestra verdadera Madre. María es nuestra bienhechora; es nuestro perpetuo socorro. Por nuestra parte, prometámosle recurrir constantemente a su misericordia; prometámosle sinceramente perseverar en nuestros el ejercicios o practicas diarias de devoción en honor suyo, y experimentaremos cuan cierta es esta sentencia: que el verdadero devoto de María no puede condenarse.(Medítese y pídase con 9 Avemarías)
Consagración a María. ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Yo os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, y mi alma con sus potencias. De aquí en adelante quiero serviros con fervor, invocaros sin cesar y trabajar por ganar corazones que os amen. ¡Oh Madre mía! Haced que no pase día alguno de mi vida sin que os invoque con amor filial.
Practica. Encomendar nuestra perseverancia a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro




Advocación Mariana, 27 de junio
 
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Patrona de los Padres Redentoristas y de Haití

El icono original está en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

El icono de la Virgen, pintado sobre madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a la Madre con el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura pasión. Se agarra fuerte con las dos manos de su Madre Santísima quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro nos recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte. Hoy la Virgen cuida de todos sus hijos que a ella acuden con plena confianza.

Historia

En el siglo XV un comerciante acaudalado de la isla de Creta (en el Mar Mediterráneo) tenía la bella pintura de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Era un hombre muy piadoso y devoto de la Virgen María. Cómo habrá llegado a sus manos dicha pintura, no se sabe. ¿Se le habría confiado por razones de seguridad, para protegerla de los sarracenos? Lo cierto es que el mercader estaba resuelto a impedir que el cuadro de la Virgen se destruyera como tantos otros que ya habían corrido con esa suerte.

Por protección, el mercader decidió llevar la pintura a Italia. Empacó sus pertenencias, arregló su negocio y abordó un navío dirigiéndose a Roma. En ruta se desató una violenta tormenta y todos a bordo esperaban lo peor. El comerciante tomó el cuadro de Nuestra Señora, lo sostuvo en lo alto, y pidió socorro. La Santísima Virgen respondió a su oración con un milagro. El mar se calmó y la embarcación llegó a salvo al puerto de Roma.

Cae la pintura en manos de una familia

Tenía el mercader un amigo muy querido en la ciudad de Roma así que decidió pasar un rato con él antes de seguir adelante. Con gran alegría le mostró el cuadro y le dijo que algún día el mundo entero le rendiría homenaje a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Pasado un tiempo, el mercader se enfermó de gravedad. Al sentir que sus días estaban contados, llamó a su amigo a su lecho y le rogó que le prometiera que, después de su muerte, colocaría la pintura de la Virgen en una iglesia digna o ilustre para que fuera venerada públicamente. El amigo accedió a la promesa pero no la llegó a cumplir por complacer a su esposa que se había encariñado con la imagen.

Pero la Divina Providencia no había llevado la pintura a Roma para que fuese propiedad de una familia sino para que fuera venerada por todo el mundo, tal y como había profetizado el mercader. Nuestra Señora se le apareció al hombre en tres ocasiones, diciéndole que debía poner la pintura en una iglesia, de lo contrario, algo terrible sucedería. El hombre discutió con su esposa para cumplir con la Virgen, pero ella se le burló, diciéndole que era un visionario. El hombre temió disgustar a su esposa, por lo que las cosas quedaron igual. Nuestra Señora, por fin, se le volvió a aparecer y le dijo que, para que su pintura saliera de esa casa, él tendría que irse primero. De repente el hombre se puso gravemente enfermo y en pocos días murió. La esposa estaba muy apegada a la pintura y trató de convencerse a sí misma de que estaría más protegida en su propia casa. Así, día a día, fue aplazando el deshacerse de la imagen. Un día, su hijita de seis años vino hacia ella apresurada con la noticia de que una hermosa y resplandeciente Señora se le había aparecido mientras estaba mirando la pintura. La Señora le había dicho que le dijera a su madre y a su abuelo que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro deseaba ser puesta en una iglesia; y, que si no, todos los de la casa morirían.

La mamá de la niñita estaba espantada y prometió obedecer a la Señora. Una amiga, que vivía cerca, oyó lo de la aparición. Fue entonces a ver a la señora y ridiculizó todo lo ocurrido. Trató de persuadir a su amiga de que se quedara con el cuadro, diciéndole que si fuera ella, no haría caso de sueños y visiones. Apenas había terminado de hablar, cuando comenzó a sentir unos dolores tan terribles, que creyó que se iba a morir. Llena de dolor, comenzó a invocar a Nuestra Señora para que la perdonara y la ayudara. La Virgen escuchó su oración. La vecina tocó la pintura, con corazón contrito, y fue sanada instantáneamente. Entonces procedió a suplicarle a la viuda para que obedeciera a Nuestra Señora de una vez por todas.

Accede la viuda a entregar la pintura

Se encontraba la viuda preguntándose en qué iglesia debería poner la pintura, cuando el cielo mismo le respondió. Volvió a aparecérsele la Virgen a la niña y le dijo que le dijera a su madre que quería que la pintura fuera colocada en la iglesia que queda entre la basílica de Sta. María la Mayor y la de S. Juan de Letrán. Esa iglesia era la de S. Mateo, el Apóstol.

La señora se apresuró a entrevistarse con el superior de los Agustinos quienes eran los encargados de la iglesia. Ella le informó acerca de todas las circunstancias relacionadas con el cuadro. La pintura fue llevada a la iglesia en procesión solemne el 27 de marzo de 1499. En el camino de la residencia de la viuda hacia la iglesia, un hombre tocó la pintura y le fue devuelto el uso de un brazo que tenía paralizado. Colgaron la pintura sobre el altar mayor de la iglesia, en donde permaneció casi trescientos años. Amado y venerado por todos los de Roma como una pintura verdaderamente milagrosa, sirvió como medio de incontables milagros, curaciones y gracias.

En 1798, Napoleón y su ejército francés tomaron la ciudad de Roma. Sus atropellos fueron incontables y su soberbia, satánica. Exilió al Papa Pío VII y, con el pretexto de fortalecer las defensas de Roma, destruyó treinta iglesias, entre ellas la de San Mateo, la cual quedó completamente arrasada. Junto con la iglesia, se perdieron muchas reliquias y estatuas venerables. Uno de los Padres Agustinos, justo a tiempo, había logrado llevarse secretamente el cuadro.

Cuando el Papa, que había sido prisionero de Napoleón, regresó a Roma, le dio a los agustinos el monasterio de S. Eusebio y después la casa y la iglesia de Sta. María en Posterula. Una pintura famosa de Nuestra Señora de la Gracia estaba ya colocada en dicha iglesia por lo que la pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue puesta en la capilla privada de los Padres Agustinos, en Posterula. Allí permaneció sesenta y cuatro años, casi olvidada.

Hallazgo de un sacerdote Redentorista

Mientras tanto, a instancias del Papa, el Superior General de los Redentoristas, estableció su sede principal en Roma donde construyeron un monasterio y la iglesia de San Alfonso. Uno de los Padres, el historiador de la casa, realizó un estudio acerca del sector de Roma en que vivían. En sus investigaciones, se encontró con múltiples referencias a la vieja Iglesia de San Mateo y a la pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Un día decidió contarle a sus hermanos sacerdotes sobre sus investigaciones: La iglesia actual de San Alfonso estaba construida sobre las ruinas de la de San Mateo en la que, durante siglos, había sido venerada, públicamente, una pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Entre los que escuchaban, se encontraba el Padre Michael Marchi, el cual se acordaba de haber servido muchas veces en la Misa de la capilla de los Agustinos de Posterula cuando era niño. Ahí en la capilla, había visto la pintura milagrosa. Un viejo hermano lego que había vivido en San Mateo, y a quien había visitado a menudo, le había contado muchas veces relatos acerca de los milagros de Nuestra Señora y solía añadir: "Ten presente, Michael, que Nuestra Señora de San Mateo es la de la capilla privada. No lo olvides". El Padre Michael les relató todo lo que había oído de aquel hermano lego.

Por medio de este incidente los Redentoristas supieron de la existencia de la pintura, no obstante, ignoraban su historia y el deseo expreso de la Virgen de ser honrada públicamente en la iglesia.

Ese mismo año, a través del sermón inspirado de un jesuita acerca de la antigua pintura de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, conocieron los Redentoristas la historia de la pintura y del deseo de la Virgen de que esta imagen suya fuera venerada entre la Iglesia de Sta. María la Mayor y la de S. Juan de Letrán. El santo Jesuita había lamentado el hecho de que el cuadro, que había sido tan famoso por milagros y curaciones, hubiera desaparecido sin revelar ninguna señal sobrenatural durante los últimos sesenta años. A él le pareció que se debía a que ya no estaba expuesto públicamente para ser venerado por los fieles. Les imploró a sus oyentes que, si alguno sabía dónde se hallaba la pintura, le informaran dueño lo que deseaba la Virgen.

Los Padres Redentoristas soñaban con ver que el milagroso cuadro fuera nuevamente expuesto a la veneración pública y que, de ser posible, sucediera en su propia Iglesia de San Alfonso. Así que instaron a su Superior General para que tratara de conseguir el famoso cuadro para su Iglesia. Después de un tiempo de reflexión, decidió solicitarle la pintura al Santo Padre, el Papa Pío IX. Le narró la historia de la milagrosa imagen y sometió su petición.

El Santo Padre escuchó con atención. Él amaba dulcemente a la Santísima Virgen y le alegraba que fuera honrada. Sacó su pluma y escribió su deseo de que el cuadro milagroso de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera devuelto a la Iglesia entre Sta. María la Mayor y S. Juan de Letrán. También encargó a los Redentoristas de que hicieran que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera conocida en todas partes.

Aparece y se venera, por fin, el cuadro de Nuestra Señora 

Ninguno de los Agustinos de ese tiempo había conocido la Iglesia de San Mateo. Una vez que supieron la historia y el deseo del Santo Padre, gustosos complacieron a Nuestra Señora. Habían sido sus custodios y ahora se la devolverían al mundo bajo la tutela de otros custodios. Todo había sido planeado por la Divina Providencia en una forma verdaderamente extraordinaria.

A petición del Santo Padre, los Redentoristas obsequiaron a los Agustinos una linda pintura que serviría para reemplazar a la milagrosa.

La imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue llevado en procesión solemne a lo largo de las vistosas y alegres calles de Roma antes de ser colocado sobre el altar, construido especialmente para su veneración en la Iglesia de San Alfonso. La dicha del pueblo romano era evidente. El entusiasmo de las veinte mil personas que se agolparon en las calles llenas de flores para la procesión dio testimonio de la profunda devoción hacia la Madre de Dios

A toda hora del día, se podía ver un número de personas de toda clase delante de la pintura, implorándole a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que escuchara sus oraciones y que les alcanzara misericordia. Se reportaron diariamente muchos milagros y gracias.

Hoy en día, la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se ha difundido por todo el mundo. Se han construido iglesias y santuarios en su honor, y se han establecido archicofradías. Su retrato es conocido y amado en todas partes.

Patrona de Haití

Teniendo esta advocación mariana como patrona de su congregación, los Padres Redentoristas la llevaron a sus misiones en Haití. Allí se le edificó un santuario en Béle-Aire, cerca de Puerto Príncipe.

En 1883 una terrible epidemia de viruela azotaba el país. Los devotos acudieron a la Virgen del Perpetuo Socorro y le hicieron una novena. La epidemia cesó milagrosamente y se decidió nombrarla patrona del país.

En 1993 se celebró con gran regocijo el centenario del milagro y del nombramiento de la Virgen como patrona. El Papa Juan Pablo II visitó Haití para esta celebración y puso al país bajo el amparo de la Virgen del Perpetuo Socorro.

Los Haitianos también tienen gran devoción a la Virgen de la Asunción.

Signos de la imagen de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro
(conocida en el Oriente bizantino como el icono de la Madre de Dios de la Pasión)

Aunque su origen es incierto, se estima que el retrato fue pintado durante el decimotercero o decimocuarto siglo. El icono parece ser copia de una famosa pintura de Nuestra Señora que fuera, según la tradición, pintada por el mismo San Lucas. La original se veneraba en Constantinopla por siglos como una pintura milagrosa pero fue destruida en 1453 por los Turcos cuando capturaron la ciudad.

Fue pintado en un estilo plano característico de iconos y tiene una calidad primitiva. Todas las letras son griegas. Las iniciales al lado de la corona de la Madre la identifican como la “Madre de Dios”. Las iniciales al lado del Niño “ICXC” significan “Jesucristo”. Las letras griegas en la aureola del Niño: owu significan “El que es”, mientras las tres estrellas sobre la cabeza y los hombros de María santísima indican su virginidad antes del parto, en el parto y después del parto.

Las letras más pequeñas identifican al ángel a la izquierda como “San Miguel Arcángel”; el arcángel sostiene la lanza y la caña con la esponja empapada de vinagre, instrumentos de la pasión de Cristo. El ángel a la derecha es identificado como “San Gabriel Arcángel”, sostiene la cruz y los clavos. Nótese que los ángeles no tocan los instrumentos de la pasión con las manos, sino con el paño que los cubre.

Cuando este retrato fue pintado, no era común pintar aureolas. Por esta razón el artista redondeó la cabeza y el velo de la Madre para indicar su santidad. Las halos y coronas doradas fueron añadidas mucho después. El fondo dorado, símbolo de la luz eterna da realce a los colores más bien vivos de las vestiduras. Para la Virgen el maforion (velo-manto) es de color púrpura, signo de la divinidad a la que ella se ha unido excepcionalmente, mientras que el traje es azul, indicación de su humanidad. En este retrato la Madona está fuera de proporción con el tamaño de su Hijo porque es -María- a quien el artista quiso enfatizar.

Los encantos del retrato son muchos, desde la ingenuidad del artista, quien quiso asegurarse que la identidad de cada uno de los sujetos se conociera, hasta la sandalia que cuelga del pie del Niño. El Niño divino, siempre con esa expresión de madurez que conviene a un Dios eterno en su pequeño rostro, está vestido como solían hacerlo en la antigüedad los nobles y filósofos: túnica ceñida por un cinturón y manto echado al hombro. El pequeño Jesús tiene en el rostro una expresión de temor y con las dos manitas aprieta la derecha de su Madre, que mira ante sí con actitud recogida y pensativa, como si estuviera recordando en su corazón la dolorosa profecía que le hiciera Simeón, el misterioso plan de la redención, cuyo siervo sufriente ya había presentado Isaías.

En su doble denominación, esta bella imagen de la 
Virgen nos recuerda el centralismo salvífico de la pasión de Cristo y de María y al mismo tiempo la socorredora bondad de la Madre de Dios y nuestra.

lunes, 25 de junio de 2012


EL SAGRADO CORAZÓN Y LA DIVINA MISERICORDIA

Según los Papas de los últimos 150 años, no hay devoción más importante para la vida de la Iglesia que la que profesemos al Corazón de Jesús. Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo: “La Iglesia y la Sociedad, no tienen mas esperanza que en el Corazón de Jesús; El es quien los curará de todos sus males”. Predicad y difundid por todas partes la devoción al Sagrado Corazón, ella será la salvación del mundo. Apresuraos para esta misión, organizaros y constituiros.”

En 1899 el Papa León XIII, consagró el mundo al Sagrado Corazón en el umbral del nuevo siglo, llamando a este acto, el más grande de su pontificado. Definió al Sagrado Corazón con “el símbolo y la imagen sensible del amor infinito de Jesucristo”. El no quiso que nada escapara a la influencia del Sagrado Corazón, pues consideraba que era el remedio a todos los problemas de la era moderna.

En 1928, el Papa Pio XI escribe una encíclica sobre la necesidad de expiación al Sagrado Corazón: el “espíritu de expiación y reparación” necesarios en estos tiempos. El deber de consolar a Cristo y de unirse a su pasión para expiar con Él por los pecados propios y los del mundo entero. Pide que se haga reparación, para con ello, atraer la misericordia y las gracias necesarias para la salvación del mundo. “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5,20). Considera que este abundar de gracia, solo proviene de la reparación.
El Papa Pío XII: escribe la gran encíclica: Haurietis Aquas, tomar de la fuente de agua
ante los males que azotan al individuo, naciones, familias y el orbe entero, ¿Dónde se hallará un remedio eficaz?
* Concluye que la devoción al Sagrado Corazón es la que satisface las necesidades actuales de la Iglesia y del género humano. ¿Qué puede haber mas eficaz que el amor de Cristo, que su Corazón revela y manifiesta?
* Considera la devoción al Sagrado Corazón como bandera y manantial de unidad, de salvación, misericordia y paz.

Pablo VI: después del Concilio Vaticano II pidió a la Iglesia renovar la devoción al Sagrado Corazón, tanto en la vida personal como pública ya que de su plenitud todos hemos recibido, y debemos de Él aprender a vivir perfectamente según su Corazón para responder a las exigencias de nuestros tiempos.

El Siervo de Dios Juan Pablo II, el gran apóstol del Corazón Misericordioso de Jesús ha dicho repetidamente: “En diferentes ocasiones he expresado mi convicción de que la devoción al Sagrado Corazón corresponde mas que nunca, a las expectaciones y necesidades de nuestro tiempo. He hecho hincapié en revelar que los elementos esenciales de esta devoción pertenecen de una forma perenne a la espiritualidad de la Iglesia a través de su historia”. (SS. Juan Pablo II, 1987)

“Cristo ofrece su divino y humano Corazón, fuente de reconciliación y principio de nueva vida en el Espíritu Santo, a todas los hombres y mujeres de hoy que están sumergidos en un mundo secularizado en el cual corren el peligro de perder el centro de la gravedad de sus vidas” (S.S. Juan Pablo II, Junio 28 de 1998)

El Catecismo de la Iglesia Católica promulgado en 1994 por S.S. Juan Pablo II, contiene una excepcional descripción del símbolo del Sagrado Corazón: “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf. Jn 19, 34), es considerado como el principal indicador y símbolo...del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres" (Catecismo de la Iglesia Católica # 478)
• el hombre del año 2000 necesita del Corazón de Cristo para conocer a Dios y conocerse a si mismo; lo necesita para construir la civilización del amor.

Este Papa, Papa del Corazón de Jesús, escribió una de sus primeras encíclicas sobre el tema: "Rico en Misericordia", y nos dijo: “Creer en el Hijo crucificado significa creer que el amor está presente en el mundo y que este amor es más fuerte que toda clase de mal, en que el hombre, la humanidad, el mundo están metidos. Creer en ese amor significa creer en la misericordia. pues, es ésta la dimensión indispensable del amor de Su Corazón”.

A lo largo de toda la encíclica, el Santo Padre subraya que la Iglesia, especialmente en nuestros tiempos modernos, tiene "el derecho y el deber" de "profesar y proclamar la misericordia de Dios", de "introducirla y encarnarla" en las vidas de todos y de "invocar la misericordia de Dios", implorándola para el mundo entero.
"El mensaje de la Divina Misericordia siempre ha estado cerca de mi como algo muy querido..., en cierto sentido forma una imagen de mi Pontificado”

El Siervo de Dios Juan Pablo II, quien nos ha dirigido constantemente al Corazón de Jesús, ha sido el Papa que abrió la causa de Santa Faustina, que la beatificó y canonizó. Bendijo e inauguró la Basílica de la Divina Misericordia en Cracovia diciendo: «Ha llegado la hora de hacer llegar el mensaje del Corazón Misericordioso a todos, especialmente a aquellos cuya humanidad y dignidad parecen perderse en el misterio de la iniquidad. Ha llegado la hora en que el mensaje de Divina Misericordia derrame en los corazones y se convierta en chispa de una nueva civilización: de la civilización del amor».

En la canonización de Santa Faustina: “Contemplar sobre todo la herida de su Corazón, fuente de la que brota la gran ola de misericordia que se derrama sobre la humanidad. La misericordia divina llega a los hombres a través del Corazón de Cristo crucificado: "Hija mía, di que soy el Amor y la Misericordia en persona".

Tantos santos han contemplado la grandeza del amor y la misericordia del Corazón traspasado de Cristo. Los Papas recientes, como hemos visto, enfáticamente han dirigido a la Iglesia entera hacia la fuente abierta de la Redención, el Corazón de Jesús. Precisamente, este fue el punto mas importante del Año Jubilar: “llevarnos a la fuente abierta de redención, el Corazón abierto de Cristo”. De esta fuente abierta, brotan la Sangre y el Agua, los dos rayos que muestra la imagen del Corazón Misericordioso de Cristo.
UNIDAD DE LA REVELACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE SANTA MARGARITA MARÍA CON LA REVELACIÓN DEL CORAZÓN MISERICORDIOSO A SANTA MARÍA FAUSTINA
El primer aspecto que debe quedar claro es que el Sagrado Corazón de Cristo es la fuente de la Divina Misericordia: Por lo tanto la devoción al Corazón de Jesús y a la Divina Misericordia son absolutamente inseparables.
“Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo ... Toda gracia de salvación y santificación brota de esta fuente. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas “(Diario 1777).

El centro de la vida espiritual de Santa Faustina era el Corazón de Jesús, pero enfocado en el amor misericordioso que brota de su Corazón. 
A Santa Margarita de Alacoque el Sagrado Corazón, le revela la profundidad de su amor por los hombres, amor hasta el extremo de dejarse traspasar, consumir, llegar hasta los mayores sufrimientos. Este amor del Corazón de Jesús se convierte en misericordia cuando toca al hombre. La misericordia, es el amor del Corazón de Dios, que toca la miseria, pecado, fragilidad. Al tocar a los hombres, se convierte en misericordia. Jesús dice a Santa Margarita: "Mi Divino Corazón, está tan apasionado de Amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en el las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición".

Ambas son elegidas no solo para experimentar el amor y la misericordia del Corazón de Jesús, sino que reciben la gracia y la misión de ser canales vivos y eficaces del mensaje que darían al mundo.

Sor Josefa Menéndez, mística del año 1920, escribió en su famoso libro “El camino del divino amor” basado en las revelaciones que recibió del Sagrado Corazón. Jesús le explicó que el mensaje del amor misericordioso de su Corazón debía ser proclamado a todo el mundo, preparando así a las revelaciones de Santa Faustina: Escuchemos sus palabras: “Cuantas veces en el transcurso de los siglos, Yo en alguna forma he dado a conocer mi amor por los hombres. Les he revelado cuan ardientemente deseo su salvación. He revelado mi Corazón como una luz que cubre la tierra y como el arma mas poderosa para alcanzar a las almas, y así extender mi reino. Yo quiero que todos tengan confianza en mi amor misericordioso, esperarlo todo de mi misericordia. Deseo enseñarle a los pecadores que la misericordia de mi Corazón es infinita. Que los fríos e indiferentes conozcan el fuego de mi Corazón para encenderlos con mi amor. Confíen en mi misericordia y en mi Corazón. Mi Corazón no es solo un abismo de amor, sino que es también un abismo de misericordia".

A Santa Gertrudis, el Apóstol San Juan le comunicó: “En los últimos tiempos, se les está reservado la gracia de oír la voz elocuente del Corazón de Jesús. A esta voz, el mundo, debilitado en el amor a Dios, se renovará, se levantará de su letargo y una vez más, será inflamado en la llama del amor divino”

Notemos que siempre en las revelaciones del Sagrado Corazón, Jesús manifiesta que es menester revelar su Corazón cuando el mundo se enfría en el amor y que es como un último remedio. Jesús dijo a Santa Margarita: que la revelación de su Corazón era, como un último esfuerzo de su amor, en estos últimos siglos, para calentar a un mundo frío, para intentar salvar las almas que se pierden, como un medio seguro de calmar la justicia divina y de alcanzar misericordia de Dios, y como una fuente abundante de bendiciones.

A Santa Faustina, Jesús le dice: “Deseo que mi Misericordia sea conocida y venerada; le doy a la humanidad la última tabla de salvación, es decir, el refugio en Mi Misericordia.” (Diario 998)
DEL CORAZÓN DE JESÚS FLUYE UN AMOR MISERICORDIOSO
Palabras de Santa FaustinaOh, Jesús, es a través de tu Corazón Compasivo, como a través de un cristal, que los rayos de la Divina Misericordia llegan a nosotros”. (Diario #1533)
En una de las apariciones a Santa Margarita:"Se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, Jesucristo mi Amado se presentó delante de mi todo resplandeciente y transparente como el cristal. Con sus cinco llagas brillantes, como cinco soles y despidiendo rayos de luz de todas partes pero sobre todo de su adorable pecho, que parecía un horno encendido; y, habiéndose abierto, me descubrió su amante y amable Corazón."

Por orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los rayos que aparecen en la imagen emanando del Corazón y el Señor le respondió: "Los dos rayos significan Sangre y Agua, el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi Corazón agonizante fué abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí." (Diario # 299)

Precisamente, en la encíclica Haurietis Aquas, (Beberéis aguas), sobre el Sagrado Corazón, el Papa Pío XII nos recuerda que del Corazón de Jesús fluyen grandes corrientes de agua y salvación. Cuantos hermanos sedientos en busca de agua van a las fuentes falsas: “han cambiado el agua cristalina de la fuente, por los charcos sucios” (Jeremias 2,13).

Solo hay una fuente abierta de salvación: "Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza. Aquel día extirparé de esta tierra los nombres de los ídolos y el espíritu de impureza los quitaré de esta tierra" (Zacarias 13,1-2).
El Corazón Traspasado de Jesús, de donde brotan sangre y agua, para nuestra liberación del pecado y la purificación de todas nuestras inmundicias, es la fuente abierta de salvación. Mas que nunca el mundo necesita ir a la fuente abierta en el Calvario, el Corazón de Cristo: "He abierto mi Corazón como fuente viva de misericordia. Invita a las almas a venir a tomar vida de él. Mi misericordia es mas grande que todos tus pecados y los del mundo entero. Permití que una lanza traspasara mi Sagrado Corazón para así abrir ampliamente la fuente de misericordia para ustedes" (Diario 1425 ).

Para Santa Faustina, los rayos de gracias inconcebibles que brotan del Corazón abierto de Jesús, fuente de Misericordia, invaden a la humanidad entera, trayendo luz y salvación a los pecadores. "Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizante fue abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí" (Diario # 299)

Nos dice el Siervo de Dios Juan Pablo II, en el centenario de la consagración del mundo al Sagrado Corazón, en 1999: "Del Corazón del Hijo de Dios, muerto en la cruz, ha surgido la fuente perenne de la vida que da esperanza a cada hombre. Del Corazón de Cristo Crucificado nace la nueva humanidad, redimida por el pecado. El hombre del 2000 necesita del Corazón de Cristo para conocer a Dios y para conocerse a si mismo”.
EN AMBAS REVELACIONES: LLAMADAS A CONSOLAR Y SUPLIR
Ambas apóstoles del Corazón de Jesús son llamadas a consolarle: El Corazón de Jesús, manifiesta tanto a Santa Faustina como a Santa Margarita, sus dolores más internos, especialmente como le duele la ingratitud:
A Santa Faustina:"Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh, si pudieran comprender que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas. Por lo menos tú ven a Mí lo más a menudo posible y toma estas gracias que ellas no quieren aceptar y con esto consolarás Mi Corazón. Oh, qué grande es la indiferencia de las almas por tanta bondad, por tantas pruebas de amor. Mi Corazón está recompensado solamente con ingratitud, con olvido por parte de las almas que viven en el mundo" (Diario # 367).
A Santa Margarita:"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor”. “Tu serás mi consuelo si suples por sus ingratitudes según te sea posible”
ELEMENTOS COMUNES
•Veneración de Imágenes:El Señor le pidió específicamente a Santa Margarita María que la imagen de su Sagrado Corazón sea honrada y venerada por todos los fieles. En la segunda aparición la Santa nos narra:  "El divino Corazón se me presentó en un trono de llamas, mas brillante que el sol, y transparente como el cristal, con la llaga adorable, rodeado de una corona de espinas y significando las punzadas producidas por nuestros pecados, y una cruz en la parte superior... Me hizo ver que el ardiente deseo que tenía de ser amado por los hombres y apartarlos del camino de la perdición, en el que los precipita Satanás en gran número, le había hecho manifestar su Corazón a los hombres, con todos los tesoros de amor, de misericordia, de gracias, de santificación, y de salvación que contiene, a fin de que cuantos quieran rendirle y procurarle todo el amor, el honor y la gloria que puedan a la imagen de su Corazón, queden enriquecidos abundante y profusamente con los divinos tesoros del Corazón de Dios. Que deseaba que la figura de su Corazón de carne, fuese expuesta públicamente. Quería también que la llevara sobre mi corazón, para grabar en el, su amor y llenarlo de los dones de que está repleto, y para destruir en el todos los movimientos desordenados. Que esparciría sus gracias y bendiciones por dondequiera que estuviere expuesta su santa imagen para tributarle honores, y que tal bendición sería como un último esfuerzo de su amor.”
A Santa Faustina"Vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la inscripción : "¡Jesús, yo confío en Ti!." Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria" (Diario # 47-48).

No solamente ambas imágenes recibieron promesas, pero ambas despertaron un gran movimiento espiritual para llevarlas a los hogares, iglesias, etc... El entronar estas imágenes, es llevar al Corazón de Jesús a los hogares, familias para establecer su reinado.
EN AMBAS REVELACIONES HAY UN LLAMADO AL AMOR Y A NO TEMER:
A Santa Margarita le muestra el corazón y le dice:
“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor”
A Santa Faustina:“Mira, mi misericordia es mas grande que tu miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido tu bondad? Por ti bajé del cielo, por ti dejé que mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abrí la fuente de la Misericordia para ti” (Diario #1485).
FIESTAS LITÚRGICASFue el mismo Jesús quien a través de Santa Margarita pidió que se estableciera la fiesta del Sagrado Corazón. En la cuarta aparición en 1675: "Eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute."

El Señor le pide a Santa Faustina, por lo menos 14 veces, que se instituya oficialmente una "Fiesta de la Misericordia":  "Esta Fiesta surge de Mi piedad mas entrañable...Deseo que se celebre con gran solemnidad el primer domingo después de Pascua de Resurrección....Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y abrigo para todas las almas y especialmente para los pobres pecadores. Las entrañas mas profundas de Mi Misericordia se abren ese día. Derramaré un caudaloso océano de gracias sobre aquellas almas que acudan a la fuente de Mi misericordia. El alma que acuda a la Confesión, y que reciba la Sagrada Comunión, obtendrá la remisión total de sus culpas y del castigo" (Diario # 49, 699 ).

El Señor le pidió a Santa Margarita que hiciera horas santas de reparación y que los primeros viernes se comulgase también en espíritu de reparación, pero el Señor no le dio oraciones específicas. Que arma mas poderosa para estas horas santas y para los primeros viernes, que rezar la coronilla dictada por el Corazón Misericordioso a Santa Faustina.

En estos tiempos el Espíritu Santo nos dirige la mirada hacia el Corazón de Jesús bajo su aspecto de Misericordia: La devoción a la Divina Misericordia fluye del Sagrado Corazón y la completa harmoniosamente, como un día escribió Santa Faustina: "El amor del corazón de Dios es la flor, y la misericordia su fruto."

Podríamos decir, que la revelación de su Misericordia es la plenitud de la revelación del Amor del Corazón de Jesús: “De esta universal plenitud es precisamente imagen muy espléndida el Corazón de Jesucristo: plenitud de misericordia, propia del Nuevo Testamento, en el cual Dios nuestro Salvador ha manifestado su benignidad y amor para con los hombres.” (Haurities Aquas, Pío XII) “Mi Corazón se alegra de este título de Misericordia” (300)

En su visita al Santuario de la Divina Misericordia en 1997, el Santo Padre dijo:
"La Iglesia relee el mensaje de la Misericordia, para llevar con más eficacia a la generación de este fin de milenio a las futuras , la luz de la esperanza. Sin nunca cesar, pide a Dios misericordia por todos los hombres “en ningún momento y en ningún período histórico -especialmente en una época tan crítica como la nuestra- la Iglesia puede olvidar la oración, que es el grito a la misericordia de Dios, ante las múltiples formas de mal que pesan sobre la humanidad y la amenazan..."

El domingo de la Misericordia del 2001, SS Juan Pablo II nos dijo: "el mensaje que Santa Faustina anunció constituye la respuesta adecuada y decisiva que Dios quiso dar a los interrogantes y a las expectativas de los hombres de nuestro tiempo, marcado por enormes tragedias. Un día Jesús le dijo a sor Faustina: 'La humanidad no encontrará paz hasta que se dirija con confianza a la misericordia divina' (Diario, p. 132). ¡La misericordia divina! Este es el don pascual que la Iglesia recibe de Cristo resucitado y que ofrece a la humanidad, en el alba del tercer milenio."
Palabras en la Canonización: “No es un mensaje nuevo, pero se puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo."

¿Qué nos depararán los próximos años? ¿Cómo será el futuro del hombre en la tierra? No podemos saberlo. Sin embargo, es cierto que, además de los nuevos progresos, no faltarán, por desgracia, experiencias dolorosas. Pero la luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres del tercer milenio.

Ojalá se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir "la chispa que preparará al mundo para su última venida" (cf. Diario, 1732, ed. it., p. 568). Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia!
Madre Adela Galindo, SCTJM

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