miércoles, 14 de marzo de 2018

TIEMPO DE CUARESMA

Jesús dice que pidamos y se nos dará, que busquemos y encontraremos, que toquemos y se nos abrirá (cf Mt 7, 7-12); pero… no nos dice cuándo sucederá que se nos dé, que encontremos o que se nos abra; por lo tanto, debemos tener la paciencia para aceptar la voluntad de Dios en lo que Él decida al respecto y la persistencia de continuar en nuestras peticiones y búsquedas con la certeza y esperanza de ser escuchados.

Tenacidad, constancia, perseverancia, persistencia, son sinónimos que implican con algunas leves variantes, mantenerse constante con firmeza y resolución en lograr nuestros objetivos o lo que hemos comenzado, para llegar a un buen resultado. Si deseamos ser buenos cristianos, no importa la caída, sino el levantarte cada vez que caes; el esfuerzo de una lucha continua puede gustarle más a Cristo que la posesión pacífica y cómoda de una victoria.

Cuántas cosas emprendemos en la vida con todo el ánimo para avanzar y llegar a buena meta, pero… la flojera, desidia, desánimo o mejor dedicarse a lo que socialmente es más aceptado, nos desvían de nuestro camino a la santidad. Recuerda que… el ánimo resuelto ante una cosa que emprendemos y la voluntad firme nos llevarán al éxito.

La tenacidad o perseverancia requiere una grandísima fortaleza interior. En Cuaresma la Iglesia nos sugiere tres maneras de facilitarnos estas virtudes: penitencia, oración y una actitud de desprendimiento como manifestación de caridad y generosidad.

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