martes, 15 de marzo de 2016

REFLEXION


El rico Epulón tenía oscurecidos los ojos del alma para no ver; sólo veía dentro de su vida y no se daba cuenta de la necesidad de otros, como la del pobre Lázaro que estaba echado junto a su portal, deseando hartarse de lo que caía de la mesa del rico (cf Lc 16, 19-31).
El P. Francisco nos dice que Epulón estaba enfermo de “mundanidad”, la cual transforma el alma haciéndole perder la conciencia de la realidad y viviendo en un mundo artificial; en pocas palabras, la mundanidad anestesia el alma (cf Homilía 5Mar2015).
¿Hay un Lázaro a tu lado?, ¿lo ves, lo acoges? ¿o tienes cerrada la ventana del alma y miras sólo hacia dentro de ti, quedándote en tus propios problemas? Misericordia significa sentir con el otro sus miserias y necesidades y como consecuencia de esa compasión (sentir con), auxiliarlo en lo posible. El Papa pide misericordia más que sacrificio, recordando que todos tus bienes y talentos que recibes de Dios son para servir a los demás. Cuaresma… excelente momento para reflexionar acerca de esta gran verdad y del gran compromiso que tienes para con Dios y para con tu prójimo.

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