¡Divino Corazón de Jesús! henos aquí postrados ante vuestra Santa Imagen,
con los sentimientos del reconocimiento más profundo por todos vuestros beneficios,
y del más ardiente amor por vuestra inefable bondad.
Nosotros os consagramos, ¡oh Divino Rey!
por medio del Corazón inmaculado de María y bajo el poderoso patrocinio de San José,
toda nuestra familia.
Sea nuestro hogar como el de Nazaret: el asilo inviolable del honor, de la fe, de la caridad, del trabajo, de la oración, del orden y de la paz doméstica.
Sed Vos el modelo de nuestra conducta y el celoso protector de todos nuestros intereses.
Nosotros os consagramos, ¡oh divino Jesús!
todas las pruebas, todas las alegrías, todos los acontecimientos de nuestra vida de familia, y os suplicamos que derraméis vuestras bendiciones sobre todos sus miembros, ausentes y presentes, vivos y difuntos.
Los confiamos para siempre a vuestro divino Corazón.
Os rogamos también por todas las familias del universo: proteged la cuna de los niños, la escuela de los adolescentes, la vocación de los jóvenes; sed la fuerza de los débiles, el sostén de los ancianos,
el esposo de las viudas, el padre de los huérfanos,
velad con vuestro amor inmenso a la cabecera de los enfermos y de los agonizantes.
Pero sobre todo, ¡oh Jesús, océano de misericordia y de amor!
os suplicamos que nos socorráis en el momento de la muerte; unidnos entonces más estrechamente que nunca a vuestro divino Corazón; sea él nuestro asilo, nuestro refugio, nuestro lecho de reposo; y después de dormirnos para siempre en vuestro seno bendito, ¡oh Jesús! encontremos en el Paraíso y en vuestro Sagrado Corazón, toda nuestra familia. Así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario