Todos tenemos parientes, amigos, vecinos o conocidos que apreciábamos mucho y que ya han pasado a la eternidad. Pero ¿nos acordamos de rezar por ellos, de encargar misas por sus almas para que salgan pronto del Purgatorio, si es que todavía están allí detenidos y padeciendo? Ellos nos han ayudado y amado en este mundo, es lógico que nosotros les devolvamos ese amor haciendo Misas por su eterno descanso.
Dios premia a quienes ofrecen sufragios, sacrificios, misas y oraciones por las almas de los difuntos, porque todo lo que hacemos por los Difuntos se lo hacemos al mismo Dios, y Él lo considera como hecho a Sí mismo.
Que las almas de todos los Fieles Difuntos, por la Misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.
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