jueves, 19 de septiembre de 2019

Gran confianza en Dios.





La confianza en Dios es la puerta que abre el Corazón divino, pues quien confía mucho en el Señor, nunca se verá desengañado, sino que cada vez más probará la dulzura y bondad del Señor.

Efectivamente quien confía en Dios y en su Madre Santísima, verá coronada su vida con él éxito y el triunfo, no sólo en este mundo, sino también en el venidero.

Y si queremos recibir mucho, pero mucho, muchísimo del Señor, entonces confiemos mucho, muchísimo en Él, y así obtendremos todo de Dios.

El secreto está en la confianza. Cuanto más confiemos en Dios y en su bondad infinita; en Dios y en su Providencia amorosa, que dispone absolutamente todo para nuestro bien, entonces tanto más obtendremos del Señor, y nuestra vida se desenvolverá en gran paz, porque estaremos anclados en que Dios gobierna todo, y que nos ama y nos cuida. Sabremos que hay un Bueno que vela por nosotros y por quienes amamos.

Si confiáramos en Dios como Él lo desea, entonces tendríamos todo resuelto, porque viviríamos felices como los pichoncitos en el nido paterno, y como los niños en el seno de sus madres.

Confiemos en Dios; confiemos en Él a pesar de todo lo que nos quiera hacer desconfiar, y entonces sí que veremos grandes milagros, ¡grandísimos milagros que el Señor hará por nosotros, por nuestros seres queridos, nuestra Patria y por el mundo entero!

La confianza en Dios, abre los caminos más difíciles, y obtiene absolutamente TODO de Dios.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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