Si queremos asegurarnos nuestra salvación eterna, entonces debemos tener una tierna devoción a la Santísima Virgen María. Porque Dios quiso darnos un secreto para alcanzar el Paraíso, y ese secreto es que nos confiemos en las manos de su Madre, porque la ha hecho dispensadora de todas las gracias y dones, y salvadora.
Efectivamente María nos salva de las manos del demonio y del mundo, y nos entrega a Dios, para que seamos gratos en su presencia.
Cada día tendremos que rezar, al menos, tres avemarías, ya que la Virgen ha prometido que quien así lo haga se salvará.
Y los que tengamos más amor a la Virgen y queramos asegurarnos el Cielo, no solo para nosotros sino también para nuestros seres queridos y para muchas almas, entonces recemos todos los días el Rosario, y si fuera posible el Rosario completo, es decir, los veinte misterios.
Si hacemos así, entonces seremos las personas más felices de la tierra, porque María estará constantemente a nuestro lado y nos protegerá de toda adversidad, y la justicia de Dios no nos alcanzará, porque Dios no nos castigará debido a que tenemos gran devoción y amor a la Virgen.
Y si somos generosos y queremos asegurarnos más nuestra salvación eterna, entonces nos tenemos que consagrar al Inmaculado Corazón de María, porque en estos tiempos peligrosos en que el demonio se ha puesto muy astuto y arrastra a muchas almas a la perdición, incluso a los que son maestros e inteligentes, es conveniente consagrarse a la Virgen ya que Ella misma ha prometido que quien se le consagre no perderá la fe ni será engañado por el Maligno.
A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy devoto de la Santísima Virgen.
María es el arma secreta de Dios, y quien tiene devoción y amor a María, es señal de que está predestinado al Cielo, porque Dios ama mucho a los que aman mucho a su Madre.
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lunes, 13 de marzo de 2017
Devoción a María
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