Diálogo introductorio con Jesús
Señor mío, te alabo y te bendigo por este día que me das. Hoy quiero pedirte que toques mi corazón con la fuerza de tu Espíritu y me hagas alguien libre y soñador. No quiero estar apegado a las estructuras estrechas que me dicen que no puedo salir adelante, que no tengo más oportunidades. Tengo que vencer todos esos pensamientos negativos que no me dejan crecer y echar hacia adelante. Confío que en este momento actuarás en mi corazón para que pueda ser cada día un mejor ser humano. No permitas que me conforme con un poco cuando puedo tener más. Dame la capacidad de ver mucho más allá de los límites y captar todas las posibilidades que la vida me da. Te suplico que bendigas a todas las personas con las que me voy a encontrar, permite que sean encuentros de bendición y de crecimiento. Bendice a los que amo y necesitan de Ti. Amén.
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Del santo Evangelio según san Lucas 12, 1-7
En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número, que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:
“Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.
Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo.
¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos”. Palabra del Señor.
Reflexión del Papa Francisco
¿Qué hacen los hipócritas? Se maquillan, se maquillan de buenos: ponen cara de estampita, rezan mirando al cielo, se muestran, se consideran más justos que los demás, desprecian a los otros. ´Pero - dicen - yo soy muy católico, porque mi tío ha sido un gran benefactor, mi familia es esta y yo soy... he aprendido... he conocido tal obispo, tal cardenal, tal padre... Yo soy...´. Se consideran mejores que los demás. Esta es la hipocresía. El Señor dice: ´No, eso no´. Nadie es justo por sí mismo. Todos tenemos la necesidad de ser justificados. Y el único que nos justifica es Jesucristo.
Por eso debemos acercarnos al Señor. Para no ser cristianos disfrazados, que cuando pasa esta apariencia, se ve la realidad, que no son cristianos. (Homilía en Santa Marta, 18 de marzo de 2014).
Diálogo con Jesús
Mi buen Jesús, sé que me quieres feliz, que me bendices y en todo momento me haces llegar tu amor de distintas maneras, a través de manifestaciones, detalles y gestos en los otros y en las acciones de mi vida misma. No hago más que dar gracias por todo lo que haces en mi vida y por todas las oportunidades que me brindas para ser feliz y hacer feliz a los míos. Te suplico que me ayudes a actuar de manera coherente con la fe, aunque eso signifique que sufra de rechazos y habladurías. Seguirte no es sencillo, Tú mismo lo has advertido y hasta dices que seremos odiados por tu nombre. Somos como ovejas en medio de lobos en esta vida, pero Tú nos consuelas y nos dices que aquel que persevere hasta al final se salvará. Creo en tu promesa, en tu fidelidad y en tu protección, es tu promesa de amor, por ello, confiado en tu Palabra, proclamaré siempre tu nombre y tus obras a donde vayan mis pasos, y es que mi corazón ya no puede contener la alegría de tenerte, de adorarte, de proclamarte. Dame la fuerza y tu poder para vencer los miedos y estar libre de angustias. Guía corazón y mi mente con el Espíritu Santo, esa presencia poderosa contenida en tus tres divinas personas que ilumina nuestras vidas y nos hace ser personas decididas y valientes en la fe. Te amo Jesús, aunque camine por sendas oscuras, no vacilare ni temeré, porque tu fuerza y tu poder están conmigo y me infundes confianza. Amén
Propósito para hoy
Presentarme hoy, y siempre, ante los demás como realmente soy, evitando cualquier tipo de hipocresía por insignificante que pueda parecer.
Reflexionemos juntos esta frase:
"¿Soy fiel a Cristo en la vida cotidiana? ¿Soy capaz de «hacer ver» mi fe, con respeto, pero también con valentía?" (Papa Francisco)
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