jueves, 22 de agosto de 2013

AQUI DOS HERMOSAS ORACIONES DE SANACIÓN:


Oración de Sanación
Padre Fernando Abraham

Señor Jesús,
Tú estás en el Monte Santo.
Hoy te he venido a contemplar,
hoy he venido a estar a tu lado.

Señor Jesús,
pocas veces en la vida me he detenido a contemplarte,
me he detenido a mirar tu rostro.
Señor, sáname, sáname.
Son tantas las cosas que tengo que decirte. Más hoy,
quiero reafirmar mi fe en ti, diciendo : CREO JESUS.

Porque mi esperanza y mi fe no están puestas sobre la palabra humana, sino sobre tu Palabra,
que cuando leo, ella me dice
que has venido a sanar todas las enfermedades.

Querido Jesús,
que bueno es estar a tu lado,
quedarme junto a ti ,
y gozar siempre de tu protección.

Cuando subo a la Montaña, cuánta paz encuentro,
cuánta fortaleza hay en toda mi vida.
Sólo Tú Jesús, sólo Tú.

Ven Señor Jesús,
ven pronto a socorrerme y libérame de todos mis males,
libérame de mis enfermedades ,
y en la vida de mis seres queridos a quienes hoy los pongo delante de ti por la fe y la oración, conviértelos, que vuelvan a ti. Sánalos y libéralos de todo mal.

Señor Jesùs,Tú puedes llegar donde yo no puedo, Tú puedes hacer más de lo que yo te pueda pedir. Hoy quiero decirte que eres mi único Dios. No hay otro fuera de ti.
Que me perdones, porque he confiado en muchos dioses falsos.
Pero sé que Tú no miras mi pasado, miras mi presente.

Señor Jesús, protéjeme.
Señor Jesús, sáname y que hoy el Pan de Vida, le dé vida a mi cuerpo.

Esta área enferma de mi cuerpo,
sea grande o pequeña mi enfermedad, arráncala Jesús ,
y que tu sangre preciosa me libere de toda maligna enfermedad, todo cáncer,
tumor, nódulos,
enfermedades malignas y contagiosas.

Libérame. Tócame Jesús.
Tócame Señor y dame paz.
Nunca más me aparte de ti. Tócame y libérame.
Amén. Amén. Amén.
Créelo así y así será.

LA SEGUNDA ORACIÓN DICE ASI:

(Te sugerimos hacer esta oración imaginando a Jesús resucitado que te ama y está frente a ti, escuchándote. Haz la oración en forma sentida y pausada).
Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por amor nos diste a Jesús.
Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu comprendemos que Jesús es la luz, la verdad y el buen pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.
Hoy, Padre, me quiero presentar delante de Ti, como tu hijo.
Tú me conoces por mi nombre.Pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida.
Tú conoces mi corazón y conoces las heridas de mi historia.
Tú conoces todo lo que he querido hacer y no he hecho.
Conoces también lo que hice o me hicieron lastimándome.
Tú conoces mis limitaciones, errores y mi pecado.
Conoces los traumas y complejos de mi vida.
Hoy, Padre, te pido que por el amor que le tienes a tu hijo Jesucristo,
derrames tu Santo Espíritu sobre mí,Para que el calor de su amor sanador,penetre en lo más íntimo de mi corazón.
Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas,sáname aquí y ahora de mi alma, mi mente, mi memoria y todo mi interior.
Entra en mí, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo.
Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste:“Paz a vosotros”. Entra en mi corazón y dame tu paz. Lléname de amor. Sabemos que el amor echa fuera el temor.
Pasa por mi vida y sana mi corazón.
Sabemos, Señor Jesús, que Tú lo haces siempre que te lo pedimos,y te lo estoy pidiendo con María, mi Madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y Tú respondiste a su deseo, transformando el agua en vino.
Cambia mi corazón y dame un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dame un corazón nuevo.
Haz brotar en mi los frutos de tu presencia.
Dame el fruto de tu Espíritu que es amor, paz, alegría.
Haz que venga sobre mí el Espíritu de las bienaventuranzas, para que pueda saborear y buscar a Dios cada día viviendo sin complejos ni traumas junto a los demás, junto a mi familia, junto a mis hermanos.
Te doy gracias, Padre,por lo que estás haciendo hoy en mi vida.
Te doy gracias de todo corazón porque Tú me sanas, porque Tú me liberas, porque Tú rompes las cadenas y me das la libertad.
Gracias, Señor Jesús, porque soy templo de tu Espíritu y este templo no se puede destruir porque es la casa de Dios.
Te doy gracias, Espíritu Santo, por la fe.
Gracias por el amor que has puesto en mi corazón.¡Qué grande eres, Señor Dios Trino y Uno! Bendito y alabado seas, Señor

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