martes, 18 de diciembre de 2012

MUCHAS FELICIDADES PARA TOD@S LOS AMIG@S DE LA PAGINA


Una bendición especial para ti que estás leyéndome. Suplico al Señor que te llene de su paz y su serenidad. Que sea El quien te haga feliz dándote toda la fuerza de su Espíritu. Estoy seguro que en este momento El te toma en sus manos y te hace sentir tu protección. Así como pasa su mano poderosa por todo su ser y te sana y te libera. Animo. Confía en su Palabra y en sus promesas de salvación. Seguimos orando juntos. Animo
(Padre Alberto Linero)


lunes, 17 de diciembre de 2012

MENSAJE DE NAVIDAD


"Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” Jn. 1, 14



Queridos hermanos, la celebración de la Navidad de este año será muy especial. Viene cargada de gracias y bendiciones porque nos encontramos en el Año de la fe. Un año para redescubrir la alegría de creer. Y para volver a encontrar la fuerza y el entusiasmo para comunicar a otros el tesoro de nuestra fe.
Los que viven con sencillez y tienen el corazón humilde descubren más fácilmente el misterio de la Navidad. Los que esperan y confían en los otros, los que no se apoyan en sus propias fuerzas ni en sus méritos, escuchan con mayor claridad el mensaje que es la síntesis de todo lo que al hombre le importa saber: “Les ha nacido un Salvador” (Lucas 2, 11). Esta es la gran noticia que el cielo regala a la tierra: este Salvador es el Mesías, el Señor. Salvador de todos. También el mío.
El Niño que encontramos en el pesebre es verdaderamente el Hijo de Dios. En Jesucristo, Dios mismo, Dios de Dios, se hace hombre. Sólo Dios que es tan grande puede hacerse tan pequeño. Sólo Él es tan poderoso que puede hacerse inerme y venir a mi encuentro como un niño indefenso para que yo pueda amarlo. Sólo Dios es tan bueno que puede renunciar a su esplendor divino y descender a un establo para que yo pueda encontrarlo. Esto es la Navidad. Dios se ha hecho uno de nosotros. La Palabra eterna se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre. Dios se ha hecho niño para que la Palabra esté a nuestro alcance. Dios ya no está lejos. No es desconocido. No es inaccesible a nuestro corazón.
En Belén el cielo y la tierra se tocan. El cielo vino a la tierra. Por eso, de allí se difunde la gran luz que el mundo espera; por eso, de allí brota la alegría y nace el canto.
La luz de Belén nunca se ha apagado a lo largo de la historia. Donde ha brotado la fe en el Niño Jesús, ha florecido también el amor, la bondad hacia los demás, la atención solícita a los débiles y los que sufren, la gracia del perdón y de la reconciliación.
Queridos amigos, en esta Navidad de la fe, acerquémonos al pesebre, en la Noche Santa, con la humildad de los pastores. Dejemos que el resplandor interior que nace del Niño, llegue también a nosotros. Que se encienda en nuestro corazón la llamita de la bondad de Dios. No permitamos que esta llama luminosa, encendida en la fe, se apague por las corrientes frías y los vientos helados de la indiferencia, de la superficialidad, de la incredulidad. Custodiémosla fielmente y ofrezcámosla a los demás.
Abramos nuestro corazón a la esperanza, para que pueda entrar en él la luz de Dios y, con ella, su paz. Abramos nuestro tiempo a Dios. Así nacerá la alegría y surgirá la fiesta. Y se hará más luminoso el mundo.
¡Feliz Navidad para todos!
+ Sergio Alfredo Fenoy
Obispo de San Miguel en la Argentina
Navidad de 2012

jueves, 13 de diciembre de 2012

ORACIÓN DE ENTREGA

Oración de entrega:
Por el poder de la encarnación de Jesús en el vientre de la Virgen, entrégale a Dios y agradécele el momento en que fuiste concebido.
Por el poder de la Visitación, entrégale a Dios y agradécele los meses que estuviste en el vientre de tu madre y el haber nacido.
Por el poder del magníficat, alaba a Dios espontáneamente, junto a María, o recitando el cántico del magníficat, por su fidelidad hacia ti.
Por el poder del amor de la Sagrada Familia, ofrécele a Dios tu familia y pide por sus necesidades.
Por el poder del Nacimiento en Belén, ofrece y agradece por tu propio nacimiento, pidiéndole al Espíritu Santo la gracia de un nuevo nacimiento.
Por el poder de la presentación de Jesús en el templo, agradece a Dios por el momento en que fuiste bautizado/a y por las veces en que tus padres te llevaron a la Iglesia. Pide al Espíritu Santo que renueve en ti la fuerza del bautismo.
Por el poder de la huida a Egipto, entrégale a Dios aquellas situaciones en que te sentiste perseguido/a, pídele que sane tu corazón y que te ayude a seguir perdonando.
Por el poder de la vida oculta, pídele al Espíritu Santo el don de sabiduría, prudencia y piedad, para crecer en la oración y dile a Dios:"Habla, Señor, que tu siervo escucha".
María, modelo de humildad y entrega, enséñanos en este Adviento a preparar el pesebre de nuestros corazones al Divino Niño, Dios con Nosotros...


Muchas gracias Miriam Cabral por compartir esta bella oración en nuestra página.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Dulce pacto.




El Sagrado Corazón de Jesús nos pide que hagamos un pacto con Él. Nos dice lo siguiente: "Ocúpate tú de mi honra y de mis cosas, que Yo me ocuparé de ti y de las tuyas".

¿Y no haremos este dulce pacto con el Corazón amorosísimo de Jesús? Claro que lo haremos, porque tenemos mucho que ganar y nada que perder.

Entre las cosas que vamos a ganar está la tranquilidad y la paz del corazón, porque estaremos seguros de que todas nuestras cosas estarán en buenas manos, y no sólo lo material de nuestras vidas, sino también los afectos, ya que le entregamos al Señor nuestros parientes y amigos para que Él se encargue de bendecirlos y cuidarlos.

En cuanto a nosotros, nos toca ocuparnos de las cosas del Señor, que no son otras que las almas, que el Reino de Dios en los corazones de los hombres y en la sociedad.

¡Cuánta tarea tenemos por delante, ocupándonos y preocupándonos sólo por agradar a Jesús y salvar almas!

Si hacemos así, viviremos tranquilos y en paz, porque todo lo nuestro estará en manos de Jesús, que es Dios, y que todo lo puede.

Pero aquí hay una regla de oro que es la siguiente: Cuanto más nos ocupemos de Jesús y de sus cosas, tanto más Él se ocupará de nosotros y de nuestras cosas. Esto nos debe lanzar a un celo apostólico ardiente, para hacer muchas buenas obras y dar la vida por el Reino de Dios en las almas y en el mundo.

¿Queremos que Jesús nos atienda, que dé alguna gracia a algún familiar o amigo? Pues, ocupémonos más de los intereses de Dios, y digámosle con confianza filial: "Mira, Señor, que yo me estoy ocupando de lo tuyo. Tú no olvides la promesa que me hiciste de ocuparte de lo mío"

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

lunes, 29 de octubre de 2012

CONSAGRACION DE LAS FAMILIAS A MARIA SANTISIMA


Queridísimos amigos:

Les comentamos que el próximo 8 de diciembre tendremos las "Consagraciones de familias y particulares a Nuestra Señora del Encuentro con Dios". Por este motivo, les pedimos compartan esta publicación con todos sus amigos y les inviten a unirse a www.facebook.com/cruzadamariana.

Pueden pedir información y comenzar a inscribirse a través de un mensaje privado indicando su nombre, correo electrónico, teléfono, dirección y país. Además, para ayudarnos a formar un Santo Rosario, puedes enviarnos un video donde estés tú y/o tu familia rezando un Avemaría por mensaje privado o público.

¡Que la Virgen les bendiga abundantemente!

viernes, 26 de octubre de 2012

LA ORACIÓN



Oración

Experimentar la gran necesidad de mantener una vida de oración y vivir en intimidad con Dios.
La oración es la fortaleza del hombre y la debilidad de Dios.
Hay varios medios concretos para acercarnos a Dios:
Oración de Petición: Todo lo que pedimos a Dios, Él no los concede (Mt.7.7-12). Pero tenemos que saber pedir, saber esperar.
Oración de Intercesión:
El gran intercesor El Espíritu Santo ( Rm.8, 26-27).
Jesús nuestro intercesor delante del Padre (Rm. 8,34).
Debemos disponer de un tiempo para los demás. Orar por las necesidades de nuestro prójimo.
Oración de Alabanza:
Solo Dios es digno de toda alabanza
Oración de Adoración:
Adorar al Señor donde sea. Inclinándose para Adorar al Señor.
Oración de Silencio:
El silencio nos lleva a la adoración. El silencio es el principal factor para estar en la presencia de Dios. El silencio es una señal para escuchar. (Hc. 13,16)
QUE SIEMPRE SEA YO, SEÑOR, HUESPED DE TU TIENDA

TRANSFORMACIÓN EN CRISTO
Dejar que nuestra experiencia continua de Dios nos lleve a una transformación íntegra que nos convierta en testigos transformados y transformadores.
Solo el transformado por Jesús puede ser instrumento de transformación.
Es necesario no conformarnos con el primer encuentro con el Señor, sino que busquemos una experiencia continua que nos lleve a una vida íntegramente transformada.
Que podamos llegar a una verdadera transformación espiritual bajo la acción del Espíritu Santo.
Déjate transformar por Cristo Jesús.
  • EXPERIENCIA DE DIOS
Si queremos ser transformados primero necesitamos vivir una experiencia continua de Dios.
Solo experimentando a Dios, seremos transformados por El.
  • TRANSFORMACIÓN, CAMINO DE LA SANTIDAD
Mostrar que la experiencia de Dios conduce a una transformación continua del hombre viejo, por el camino de la santidad.
Somos imagen y semejanza de Dios, necesitados de su gracia transformadora para caminar hacia la santidad.
  • TRANSFORMACIÓN, OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
Tomar conciencia de que no hay transformación sin la acción del Espíritu Santo
No hay transformación en Cristo sin vida nueva y no hay vida nueva sin transformación en Cristo.
  • VÍAS DE LA TRANSFORMACIÓN
Que entendamos que el Señor nos ha regalado algunas vías de transformación que nos permiten perseverar en el camino de santidad, como son la palabra de Dios y la Eucaristía.
Apropiémonos de estas vías de transformación para que podamos llegar a la estatura de Cristo.
  • LA TRANSFIGURACIÓN
Que el creyente entienda que la realidad de Jesús que permanecía oculta, se manifestó en la transfiguración. Que Dios le lleno desde dentro. Entrar en oración es llegar a la fuente fresca de la transfiguración, allí donde la luz tiene su manantial; que todo cambia en la oración.
La transfiguración es una victoria oculta. Es como una luz que ilumina la tiniebla de la pasión, como esperanza que desvela el sentido del camino de la muerte de Jesús y de los suyos. La transfiguración de Jesús es la transfiguración del hombre.
  • ESPEJOS DE CRISTO
Entender que ser cristianos nos compromete a reflejar a ese Cristo al que declaramos como Señor de nuestra vida.
Seamos espejos de Cristo, reflejos de El
  • PIEDRAS VIVAS DEL TEMPLO
Entender que necesitamos de los demás, que sólo no podemos ser imagen perfecta de Cristo. Que en la unidad está la fuerza.
Somos piedras vivas del templo, desechados por el mundo, pero valiosos para el Señor.

SINTESIS
Debemos dejarnos transformar por Jesús, sólo El a través de la acción de su Espíritu Santo puede hacer esa obra profunda en nuestras vidas.
Sólo aquel que ha experimentado a Dios es un transformado por El. No nos basta la entrega primera a Dios, es necesario tener continuamente la experiencia de su Amor.
La única forma de caminar en Santidad es a través de la transformación profunda que hace el Señor en nuestras vidas.
Tenemos que percatarnos que no hay transformación en Cristo sino es por la poderosa acción del Espíritu Santo. Y sólo así tendremos una vida nueva.
Dios no nos ha querido dejar sin que contemos con algunas vías de transformación que nos ayudan a caminar en santidad y gozar de una vida nueva: la palabra de Dios y la Eucaristía.
La transfiguración de Jesús es muy cercana a nosotros. La oración transfigura y embellece el alma. Dios quiere prepararnos interiormente para las pruebas, a través de vivir momentos de gloria.
Debemos estar conscientes que el hecho de ser cristianos nos compromete a reflejar a ese Cristo, a reflejar en quien declaramos creer. Debemos ser verdaderos de Cristo.
Para ser imagen de Cristo, necesitamos de los demás. En la unidad está la fuerza.

martes, 16 de octubre de 2012

25 frases de la Porta fidei de Benedicto XVI anunciando el Año de la Fe


.
1.«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y
permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese
umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia
que transforma. Atravesar esa puerta supone  emprender un camino que dura toda la
vida
La necesidad de la fe ayer, hoy y siempre
2.- Profesar la fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo –equivale a creer en un solo
Dios que es Amor (cf. 1 Jn 4, 8): el Padre, que en la plenitud de los tiempos envió a su
Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección
redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de os siglos en la
espera del retorno glorioso del Señor.
3.- Sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las
consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, al mismo tiempo que
siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. De hecho, este
presupuesto no sólo no aparece como tal, sino que incluso con frecuencia es negado.
Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario,
ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y a los valores inspirados
por ella, hoy no parece que sea ya así en vastos sectores de la sociedad, a causa de una
profunda crisis de fe que afecta a muchas personas.
No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cf. Mt 5, 13-16).
Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de
acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a extraer el agua viva
que mana de su fuente (cf. Jn 4, 14).
4.- Debemos descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios,
transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la vida, ofrecido como sustento a todos
los que son sus discípulos (cf. Jn 6, 51). Creer en Jesucristo es, por tanto, el camino
para poder llegar de modo definitivo a la salvación.
Vigencia y valor del Concilio Vaticano II
5- Las enseñanzas del Concilio Vaticano II, según las palabras del beato Juan Pablo II,
«no pierden su valor ni su esplendor. Es necesario leerlos de manera apropiada y que
sean conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro
de la Tradición de la Iglesia. […] Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio

lunes, 1 de octubre de 2012

EL CONCEPTO DE "ANGEL" EN LA ACTUALIDAD



Actualmente, se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres.Hay que tener cuidado, pues se puede caer en dar a los ángeles atribuciones que no les corresponden y elevarlos a un lugar de semidioses, convertirlos en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crear confusiones entre lo que son las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. A pesar de que están de moda, por otro lado, es muy fácil que nos olvidemos de su existencia, por el ajetreo de la vida y principalmente, porque no los vemos. Este olvido puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para nosotros a través de los ángeles.

Por esta razón, la Iglesia ha fijado dos festividades para que, al menos dos días del año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y agradezcamos a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos estos días para pedir su ayuda.

Misión de los ángeles

Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su Voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad. Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los sentidos.

En algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, se han visto y oído materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, los profetas Daniel y Zacarías.

En el siglo IV, el arte religioso representó a los ángeles con forma de figura humana. En el siglo V, se le añadieron las alas, como símbolo de su prontitud en realizar la Voluntad divina y en trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad. En la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles sean representados como seres brillantes, de aspecto humano y alados. Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un “ser que parecía varón” -se refería al arcángel Gabriel- volando rápidamente, vino a él (Daniel 8, 15-16; 9,21). Y, en el libro del Apocalipsis, son frecuente las apariciones de ángeles que claman, tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e incensarios; otros que suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en cada uno de los cuatro puntos cardinales de la tierra o junto al trono del Cordero, Cristo.

La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.

La presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo Testamento, en muchos de sus libros sagrados. Aparece frecuentemente, también, en la vida y enseñanzas de Nuestro Señor, Jesucristo, en la Carta de san Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y, principalmente, en el Apocalipsis.

Con la lectura de estos textos, podemos descubrir algo más acerca de los ángeles: nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal. Luchan con todo su poder por y con nosotros. Como ejemplo, está la milagrosa liberación de San Pedro que pudo huir de la prisión ayudado por un ángel (Hechos 12, 7 y siguientes). También, aparece un ángel deteniendo el brazo de Abraham, para que no sacrificara a su hijo, Isaac.

Los ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y para descubrir la verdad.

Por ejemplo, tenemos las apariciones a la Virgen María, a San José y a Zacarías. Todos ellos recibieron mensajes de los ángeles. Los ángeles cumplen, también, las sentencias de castigo del Señor, como el castigo a Herodes Agripa (Hechos de los Apóstoles) y la muerte de los primogénitos egipcios (Exódo 12, 29).

Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, después de nuestra muerte, hasta el trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Este será el último servicio que nos presten pero el más importante. El arcángel Rafael dice a Tobías: “Cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor”, (Tob 12, 12 – 16).

Ellos nos animan a ser buenos pues ven continuamente el rostro de Dios y también ven el nuestro. Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida. “Los ángeles se regocijan cuando un pecador se arrepiente”, (Lucas 15, 10).

Jerarquía de los ángeles

Se suelen enumerar nueve coros u órdenes angélicos. Esta jerarquía se basa en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. Dentro de esta jerarquía, los superiores hacen participar a los inferiores de sus conocimientos.

Cada tres coros de ángeles constituyen una jerarquía y todos ellos forman la corte celestial.

1. Jerarquía Suprema:

serafines
querubines
tronos
2. Jerarquía Media:

dominaciones
virtudes
potestades
3. Jerarquía Inferior:

principados
arcángeles
ángeles
Serafines:Son los “alabadores” de Dios. Serafín significa “amor ardiente”. Los serafines alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad.(Isaías 6, 17)

Querubines: Son los “guardianes” de las cosas de Dios. Aparecen como encargados de guardar el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. Entre dos querubines comunica Yahvé sus revelaciones. “Se sienta sobre querubines”. (Génesis, Éxodo, en la visión de Ezequiel, 1, 4 y Carta a los Hebreos, 9,5).

Potestades, Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones:

En la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico. Hay quien interpreta los nombres de los ángeles como correspondientes a su grado de perfección. Para San Gregorio, los nombres de los ángeles se refieren a su ministerio:

- los principados son los encargados de la repartición de los bienes espirituales

- las virtudes son los encargados de hacer los milagros

- las potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas

- las dominaciones son los que participarán en el gobierno de las sociedades

- los tronos son los que están atentos a las razones del obrar divino.

Existe, también, una jerarquía basada en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. A los arcángeles les podríamos llamar los “asistentes de Dios”. Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.

a. Arcángel San Miguel: es el que arrojó del Cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa “quien como Dios”. Su conducta y fidelidad nos debe invitar a reconocer siempre el señoría e Jesús y buscar en todo momento la gloria de Dios.

b. Arcángel San Gabriel: en hebreo significa “Dios es fuerte”, “Fortaleza de Dios”. Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de buenas noticias. Anunció a Zacarías el nacimiento de Juan, el Bautista y a la Virgen María, la Encarnación del Hijo de Dios.

c.. Arcángel San Rafael: su nombre quiere decir “medicina de Dios”. Tiene un papel muy importante en la vida del profeta Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel San Rafael, sin saber que era un mensajero de Dios. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes. Es patrono, también, de los médicos (de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

Los ángeles custodios

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma sobre este tema San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas, cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.

En el Antiguo Testamento se puede observar como Dios se sirve de sus mensajeros para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando a Elías lo alimentó un ángel, (1 Reyes, 19, 5).

En el Nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que aparecen estos seres: el mensaje a San José para que huyera a Egipto y los ángeles que sirvieron a Jesús, después de las Tentaciones en el desierto, entre otros ejemplos.

Se puede decir que los ángeles custodios son compañeros de viaje, que siempre estarán al lado de cada uno de nosotros, en las buenas y en las malas, sin separarse ni un solo momento. Está a nuestro lado mientras trabajamos, descansamos, cuando nos divertimos y cuando rezamos, cuando le pedimos ayuda y cuando le olvidamos. Y, lo más importante, es que no se aparta de nosotros ni siquiera cuando perdemos la gracia de Dios por el pecado. Nos presta auxilio para enfrentar de mejor ánimo las dificultades y tentaciones de la vida diaria.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como si fuera algo infantil. Pero, si pensamos que al crecer la persona se enfrentará a una vida con mayores tentaciones y dificultades, el ángel custodio será de gran ayuda. Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro.

Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está muy cerca de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos.

Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos ni deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios sabe lo que hay dentro de nuestro corazón. Ellos, en cambio, sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.También podemos pedirle favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinados peligros o las guíen en situaciones difíciles.

¿Qué nos enseñan los ángeles?

Nos enseñan a:

glorificar al Señor, proclamar su santidad y rendirle sus homenajes de adoración, de amor y de ininterrumpida alabanza.
cumplir con exactitud y prontamente todas las órdenes que recibimos del señor y a cumplir su Voluntad sin discutir sus mandatos ni aplazando el cumplimiento de éstas.
servir al prójimo, pues ellos están preocupados por nosotros y quieren ayudarnos en las diversas circunstancias que se nos presentan en la vida. Esto nos anima a compartir con nuestros hermanos penas y alegrías.
¿Quiénes son los ángeles caídos?

Dios creó a los ángeles como espíritus puros, todos se encontraban en estado de gracia. Pero algunos, encabezados por Luzbel, el más bello de los ángeles, por su malicia y soberbia se negaron a adorar a Jesucristo, Dios hecho hombre, por sentirse seres superiores. Así, rechazaron eternamente a Dios con un acto inteligente y libre de su parte.

A Luzbel -también denominado Lucifer, Diablo o Satán- junto con los ángeles rebeldes que le siguieron -convertidos en demonios- fueron arrojados del Cielo al infierno. Quedaron confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca más podrán ver a Dios. No cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y reales.

Lucifer es el enemigo de Dios. Jesús le llama “el engañador”, “el padre de la mentira”. Su constante actividad en el mundo busca apartar a los hombres de Dios mediante engaños e invitaciones al mal. Quiere evitar que lo conozcan, que lo amen y que alcancen la felicidad eterna. Es un enemigo con el que se tiene que luchar para poder llegar al Cielo. Los demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal y como fueron creados en un principio, subordinados los inferiores a los superiores.

Satanás y sus demonios comenzaron sus maléficas acciones con Adán y Eva y no se dan por vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del hombre hacia el mal por su naturaleza que quedó dañada después del pecado original. Son muy astutos, disfrazan el mal de bien. Su acción ordinaria en el hombre es la tentación. Por ello rezamos en el Padrenuestro: “…no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.”

¿Por qué creer en los ángeles?

Toda la Sagrada Escritura está llena de versículos y capítulos completos que hablan de los ángeles. Si creemos en la Sagrada Escritura, no podemos negar la existencia y la acción de los ángeles.

Además del testimonio de la Revelación, tenemos el de los Santos Padres de la Iglesia quienes nos dejaron bellas y sugestivas descripciones de los ángeles que fueron retomadas por Santo Tomás no sólo en el aspecto teológico sino en un dinamismo cristiano. La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los ángeles.

El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

El Concilio IV de Letrán, en 1215, se señaló que Dios es creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, de las criaturas espirituales y las corporales. Se señaló que a unas y a otras, las creó de la nada. En 1870, debido al materialismo y racionalismo que imperante en esa época, el Concilio Vaticano I afirmó de nuevo la existencia de los ángeles. Pablo VI volvió a poner de manifiesto la existencia de los ángeles en 1968, al formular el Credo.

En la reforma litúrgica de la Iglesia de 1969, quedó establecido el día 29 de septiembre para dar culto a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel y el día 2 de Octubre, para rendir culto a los ángeles custodios.

Oración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.

Ayúdanos a luchar contra el mal.

Que Dios oiga tu voz y tú, como jefe del ejército del Cielo,

combate y vence a Satanás

y a todos los espíritus malos que andan por el mundo

deseando la ruina de las almas.

Amén.



Oración al Ángel de la Guarda

Ángel del Señor, que eres mi custodio,

Puesto que la Providencia soberana me encomendó a ti,

Ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname

en este día.

Amén.

Ángel de la Guarda, dulce compañía

No me desampares, ni de noche ni de día,
hasta que me encuentre en los brazos de Jesús y de María.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Mensajes de la Santísima Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano



Interpretació n del Apocalipsis


7 de junio de 1986

Fiesta del Inmaculado Corazón de María

Áncora de Salvación

"Hoy quiero expresaros mi gratitud maternal por haber acogido la invitación a consagraros a mi Corazón Inmaculado.

En gran número habéis respondido de todas las partes del mundo. Seguid respondiéndome con generosidad y dejaos conducir por Mí al seguro refugio, que mi amor maternal ha preparado para vosotros.

En estos tiempos, todos necesitáis correr al refugio seguro de mi Corazón Inmaculado, porque graves peligros de males os amenazan.

Son ante todo males de orden espiritual, que pueden dañar la vida sobrenatural de vuestras almas.

El pecado se extiende como la peor y más perniciosa de las epidemias, y lleva a todas partes la enfermedad y la muerte a muchísimas almas. Si vivías habitualmente en pecado mortal, estáis espiritualmente muertos; y si llegáis al término de vuestra existencia en ese estado, os aguarda la muerte eterna en el infierno.

El infierno existe, es eterno, y hoy muchos corren el peligro de caer en él, por estar contagiados por esa enfermedad mortal.

Hay males de orden físico, como enfermedades, desgracias, accidentes, sequías, terremotos, males incurables que se propagan. También en esto que sucede en el orden natural, ved una señal de aviso para vosotros.

Debéis ver en todo una señal de la Justicia Divina, que no puede dejar impunes los innumerables delitos que se cometen cada día.

Hay males de orden social, como la división y el odio, el hambre y la pobreza, la explotación y la esclavitud, la violencia, el terrorismo y la guerra.

Para protegeros de todos estos males, os invito a guareceros en el seguro refugio de mi Corazón Inmaculado.

Pero en estos tiempos, tenéis necesidad, sobre todo de ser defendidos de las terribles asechanzas de mi Adversario, que ha logrado instaurar su reino en el mundo.

Es el reino que se opone a Cristo, el reino del Anticristo. En el último período de vuestro siglo su reino llegará a la cumbre de su fuerza, de su poder, de su gran seducción.

Se acerca la hora en la que el hombre inicuo, que se quiere poner en el puesto de Dios, para hacerse adorar él mismo como Dios, se manifestará con todo su poder.

Bajo el flagelo sangriento de esta terrible prueba, ¿cómo podréis evitar la dispersión y el abatimiento y permanecer fuertes en la fe y fieles sólo a Jesús y al Evangelio?

Mi Corazón Inmaculado será vuestra defensa fortísima, el escudo de protección, que os salvará a todos de los ataques de mi Adversario.

Pero hoy tenéis especial necesidad de ser consolados.

¿A quién podréis recurrir, en los dolorosos momentos que os aguardan, cuando llegue al culmen la gran apostasía y la humanidad llegue al vértice máximo de la negación de Dios y de la rebelión, de la iniquidad y de la discordia, del odio y de la destrucción, de la maldad y de la impiedad?

¡En mi Corazón Inmaculado seréis consolados!

Por esto os repito hoy a cada uno de vosotros lo que dije en Fátima a mi hija Sor Lucía: -Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino seguro que te conducirá a Dios.

En este día, en que la Iglesia me venera de modo particular, deseo que mi Corazón Inmaculado se muestre como el áncora de salvación para todos". 

Comentario: 

Si todavía no lo hemos hecho, es ya tiempo de consagrarnos al Inmaculado Corazón de María, que es como el Arca de salvación donde entramos para salvarnos de los grandes males que amenazan al mundo y que ya están cayendo sobre la tierra. No perdamos más tiempo y despertemos de este sueño de muerte en que nos tiene adormecidos el demonio, y empuñemos las armas de la oración, de la penitencia y del amor, porque el demonio sabe que le queda poco tiempo y está ansioso por mostrarse como señor de este mundo por medio de su hijo predilecto, el Anticristo.

¿Y a quién podremos recurrir en esta prueba tan difícil, si ya ahora, que es sólo la preparación, poco nos falta para desfallecer? Por eso consagrémonos cuanto antes a María, y renovemos la consagración todos los días, y sobre todo, vivamos dicha consagración, rezando el Rosario cada día y dejándonos conducir por la Virgen en esta batalla.

Ya sabemos que la victoria será de Jesús y de su Madre, pero eso no quita que tengamos que pasar por momentos muy difíciles en que será necesaria la ayuda de nuestra Madre del Cielo para ser consolados y fortalecidos.

Dice el libro de Daniel que hacia el fin de los tiempos sólo los sabios entenderán y verán las cosas en su justa medida, pero que los malos no entenderán nada. Entonces agradezcamos a Dios si ya vemos las señales de estos tiempos, y para no ser engañados cuando llegue el período del Anticristo, que tendrá sobre todo una gran seducción, estemos así dispuestos a sufrir y morir antes que traicionar a Dios.

Inmediatamente antes del Diluvio, Dios invitaba a entrar en el Arca a todo el que debía salvarse. Ahora también el Señor nos invita a entrar en la Nueva Arca que es el Corazón Inmaculado de María, para salvarnos del diluvio de fuego que vendrá sobre el mundo. No perdamos tiempo y consagrémonos a María, y de ese modo estaremos entrando en el Arca para pasar a salvo y recibir a Cristo que viene a traer su Reino de amor a la tierra

viernes, 7 de septiembre de 2012

SAN BENITO ABAD



 
San Benito de Nursia, Abad, patrono de Europa
NO ANTEPONGAN NADA ABSOLUTAMENTE A CRISTO
De la Regla de san Benito, abad
Prólogo, 4-22; cap 72, 1-12
Cuando emprendas alguna obra buena, lo primero que has de hacer es pedir constantemente a Dios que sea él quien la lleve a término, y así nunca lo contristaremos con nuestras malas acciones, a él, que se ha dignado contarnos en el número de sus hijos, ya que en todo tiempo debemos someternos a él en el uso de los bienes que pone a nuestra disposición, no sea que algún día, como un padre que se enfada con sus hijos, nos desherede, o, como un amo temible, irritado por nuestra maldad, nos entregue al castigo eterno, como a servidores perversos que han rehusado seguirlo a la gloria.
Por lo tanto, despertémonos ya de una vez, obedientes a la llamada que nos hace la Escritura: Ya es hora de despertarnos del sueño. Y, abiertos nuestros ojos a la luz divina, escuchemos bien atentos la advertencia que nos hace cada día la voz de Dios: Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón; y también: Quien tenga oídos que oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias.

¿Y qué es lo que dice? Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor. Caminad mientras tenéis luz, antes que os sorprendan las tinieblas de la muerte. Y el Señor, buscando entre la multitud de los hombres a uno que realmente quisiera ser operario suyo, dirige a todos esta invitación: ¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? Y, si tú, al oír esta invitación, respondes: «Yo», entonces Dios te dice: «Si amas la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. Si así lo hacéis, mis ojos estarán sobre vosotros y mis oídos atentos a vuestras plegarias; y, antes de que me invoquéis, os diré: Aquí estoy».

¿Qué hay para nosotros más dulce, hermanos muy amados, que esta voz del Señor que nos invita? Ved cómo el Señor, con su amor paternal, nos muestra el camino de la vida.
Ceñida, pues, nuestra cintura con la fe y la práctica de las buenas obras, avancemos por sus caminos, tomando por guía el Evangelio, para que alcancemos a ver a aquel que nos ha llamado a su reino. Porque, si queremos tener nuestra morada en las estancias de su reino, hemos de tener presente que para llegar allí hemos de caminar aprisa por el camino de las buenas obras.
Así como hay un celo malo, lleno de amargura, que separa de Dios y lleva al infierno, así también hay un celo bueno, que separa de los vicios y lleva a Dios y a la vida eterna. Éste es el celo que han de practicar con ferviente amor los monjes, esto es: estimando a los demás más que a uno mismo; soporten con una paciencia sin límites sus debilidades, tanto corporales como espirituales; pongan todo su empeño en obedecerse los unos a los otros; procuren todos el bien de los demás, antes que el suyo propio; pongan en práctica un sincero amor fraterno; vivan siempre en el temor y amor de Dios; amen a su abad con una caridad sincera y humilde; no antepongan nada absolutamente a Cristo, el cual nos lleve a todos juntos a la vida eterna.

Oración

Señor, Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del divino servicio, concédenos, por su intercesión, que, prefiriendo tu amor a todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.


 

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